Job 14:1 »¡Qué frágil es el ser humano!¡Qué breve es la vida, tan llena de dificultades! Después de leer este pasaje con prisa, será el menos apropiado según el corazón del ser humano para consolar, para animar y permanecer fiel a Dios en el sufrimiento.
Pero la verdad, Dios uso este pasaje en mí, leyéndolo con calma, en quietud, en la madrugada y aterrizó toda mi perspectiva sobre la vida, no con una visión fatalista al saber que toda la vida estaré enfrentando problemas y ¡pobre de mi!, por el contrario, tuvo el mismo efecto que tiene la ley de la anticipación en niños de 0 a 5 años, es decir, me preparó para lo que iba a acontecer, desperté de la ilusión de una vida utópica sin problemas como en Hollywood y desde allí mis pataletas hacia Dios empezaron a menguar progresivamente.
Ahora sé que el problema que tengo hoy es temporal, iguales a los que enfrenté el día inmediatamente anterior o meses atrás, los problemas si tienen diferentes magnitudes, pero al colocar mi enfoque en Dios obtienen la misma perspectiva, y aunque resuelva ese problema que es realmente complejo, a la vuelta de la esquina otro me espera y así hasta el final de mi vida, por supuesto no es lo que tu carne desearía escuchar en medio de una cultura hedonista, egoísta y consumista, pero el Espíritu se pone complace cuando por fin lo entiendes y es a través de los muchos desafíos de la vida que aprendes a vivir en integridad, a crecer en fe, en amor, gozo, paciencia, bondad, amabilidad, mansedumbre y dominio propio. Ese es el bienestar espiritual que Dios desea para ti, y cuando sufres bien, creces en todos esos aspectos y ayudas a crecer a otros. Gálatas 5:22-25 22 En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, 23 humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!24 Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí. 25 Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada aspecto de nuestra vida.
Si Dios ha determinado la duración de nuestra vida, y teniendo en cuenta que la vida es tan corta como una sombra pasajera y asediada por el pecado, es útil recordar la naturaleza perecedera de todos los placeres terrenales para no aferrarnos a ninguno. Gálatas 5:16 Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.
Alcanzada por su gracia
Sharon Sáenz.