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De ida y vuelta con Dios - Salmos 62:8
Estudio Biblico
Durante mi primer año en el seminario, me topé con una oración que moldearía profundamente mi relación con Dios, las personas más cercanas a mí y las personas a las que aconsejaría. Fue un año en que la Escritura se me apareció como una serie de fragmentos. Todos eran buenos fragmentos, pero las piezas parecían carecer de coherencia, y esa falta de coherencia a veces podía resultar dolorosa. Así que siempre estuve atento a libros e ideas que pudieran ayudarme a ver una historia en las Escrituras en lugar de una antología de cuentos cortos.
Estaba leyendo el libro de J. Gresham Machen The Christian View of Man con eso en mente, y un comentario me llamó la atención. Era algo así: como Dios es personal, así el hombre es personal. Ah, aquí había un gran principio unificador para Machen; tal vez se convertiría en uno para mí. Luego busqué en el libro cómo definió personal , pero nunca lo encontré. Sin embargo, archivé la observación.
Casi al mismo tiempo, leí Teología bíblica de Geerhardus Vos. Escribió muy bien acerca de Cristo como el centro de las Escrituras, lo que me puso en una dirección en la que todavía sigo. A raíz de ese libro, iba siguiendo la literatura de Vos (y los libros infantiles de Catherine Vos), y así fue como di con la frase. Vos me dio una perspectiva de Dios como personal que fue cognitiva y espiritualmente satisfactoria.
Ser cristiano es vivir la propia vida no meramente en obediencia a Dios, ni meramente en dependencia de Dios, ni siquiera meramente por causa de Dios; es estar en comunión consciente y recíproca con Dios, identificarse con él en pensamiento, propósito y obra, recibir de él y devolverle en la interacción incesante de las fuerzas espirituales. ( Historia redentora e interpretación bíblica , 186)
De ida y vuelta
Todos estos años después, todavía recuerdo cómo fue leer esas líneas.
“Ser cristiano es . . .” Vos me está dando su comprensión del corazón de la vida cristiana. Soy todo oídos. “No simplemente obediencia. . . ni meramente en dependencia. . .” ¿A dónde va? ¿Había caído Vos en la heterodoxia, y yo soy el último en enterarme? “Permanecer en comunión consciente y recíproca . . . recibir de él y devolverle en la interacción incesante de las fuerzas espirituales.” Eso es lo que Machen quiso decir con personal . Algo estaba desbloqueado.
Hoy en día, la oración puede aparecer abreviada cada vez que digo o escribo la frase "de ida y vuelta". Nuestra relación con Dios depende de las palabras en las que se pasa la conversación de uno a otro.
Dios dice: “Hablemos” ( Isaías 1:18 ). La conversación puede entonces comenzar con él o conmigo.
Dios dice: “¿Qué hay en tu corazón? Dime” ( Salmo 62:8 ). Entonces le digo, y él escucha lo que digo. Responde con compasión, o simplemente disfruta que su hijo hable de lo que es importante para él, y él actúa.
Luego sigue hablando, por su palabra, por su Espíritu, y llego a ser afectado y cambiado por lo que dice.
De ida y vuelta. Hermandad recíproca. La incesante interacción de los seres espirituales.
Acercado en Cristo
Moisés viene a la mente. Después del éxodo de Egipto y el descenso inmediato del pueblo a la idolatría, Dios le habla a Moisés acerca del pueblo “ que sacaste de la tierra de Egipto” ( Éxodo 32:7 ). Cuando Moisés no protesta, Dios le habla a Moisés acerca de cómo su ira consumidora puede, de hecho, estar por delante del pueblo. Entonces Moisés entiende que Dios le está dando espacio para responder y acepta la invitación. Él apela a las promesas pasadas de Dios al pueblo, su reputación ante las naciones y el hecho de que son “tus siervos. . . tu descendencia.” En respuesta, el Señor “se arrepintió” ( Éxodo 32:14 ).
Y el ida y vuelta continúa. El Señor dice: “Mi ángel irá delante de ti” ( Éxodo 32:34 ). En caso de que Moisés se perdiera otra invitación para hablar, el Señor aclara: “No subiré entre vosotros” ( Éxodo 33:3 ). Moisés, quizás envalentonado por la conversación anterior, responde: “Si tu presencia no quiere ir conmigo, no nos hagas subir de aquí” ( Éxodo 33:15 ). La respuesta de Dios es nuevamente simple: “Esto mismo que has dicho, haré” ( Éxodo 33:17 ). De ida y vuelta. Esta serie de conversaciones entre Dios y Moisés llega a su cenit cuando el Señor revela que su amor inquebrantable y su fidelidad ahora se expresarán en el perdón de los pecados ( Éxodo 34:6–7 ).), lo que significa que Moisés podría no ser el único que puede hablar con Dios con confianza.
Y entonces los Evangelios vienen a la mente. “El Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” ( Juan 1:29 ), desciende por la escalera que separa el cielo y la tierra, y su rostro se vuelve hacia todo su pueblo de la manera más íntima. Jesús habla, escuchamos y somos reformados por lo que dice, y luego nos invita a hablar, y él, Dios mismo, se conmueve con nuestras palabras. Esto es lo que Dios ha logrado en el evangelio. En Cristo, hemos sido acercados a Dios ( 1 Pedro 3:18 ). Como Abraham, ahora somos llamados amigos ( Juan 15:15 ), y hablamos entre nosotros.
Desbordamiento personal
Dios ahora me ha puesto entre su pueblo. Esto quiere decir que me acercó a él y me invita a hablar —cuantas más palabras mejor— en un ida y vuelta personal de saber y ser conocido. Y él realmente desea esta cercanía personal. ¿Quién lo hubiera pensado? Cuando busco cómo esto ha arraigado en mi corazón, noto que tengo más ganas de orar. Hablo con Dios sobre lo bueno y sobre lo difícil, a menudo sin ningún pedido adjunto. Le digo más a menudo que lo amo. Esto, creo, en realidad ha mejorado el temor del Señor en mi vida en lugar de reformular la oración como si fuera una mera conversación informal entre amigos.
Este desbordamiento ciertamente ha afectado mi relación con mi esposa. Hasta que los caminos del Dios personal se convirtieron en parte de mí, invitaba a mi esposa a compartir su corazón, pero yo compartía menos mi propio corazón, no porque me avergonzara o ella no quisiera escuchar, sino porque estaba más interesado en escuchar. sobre ella de lo que estaba hablando sobre mí mismo. Ahora, cada día, me preparo. ¿Qué hay en mi corazón hoy que quiero hablar con Sheri? Luego, por supuesto, me propongo decírselo al Señor, que se preocupa por mí ( 1 Pedro 5:7 ).
Cada semana esto encuentra su camino en mi consejería. Por ejemplo, después de que alguien comparte su corazón conmigo, en algún momento diré: “Hablemos esas cosas al Señor”. Con personas ansiosas, la invitación de Dios para hablar con él es el mensaje central. Filipenses 4:5–6 lo capta: Dios está cerca, así que no se inquiete y trate de administrar su mundo, hable con él. Recoge tus pensamientos. Encuentra palabras para tu ansiedad. ¿Y qué dicen tus preocupaciones? Suele haber un mensaje en ellos.
En mi enseñanza, los Salmos aparecen con más frecuencia. Son, después de todo, lecciones sobre cómo hablar con Dios. Generalmente sugiero que cada salmo es una respuesta a una pregunta. “Dime”, pide el Señor, “¿qué hay en tu corazón?” También en mis escritos, un libro reciente se tituló Creados para acercarse . Vos se utilizó para ponerme en este curso hace décadas.
Intercambio interminable
Mientras observo el mundo que me rodea, encuentro que este ir y venir es tan fundamental para los caminos de Dios y su reino que se desborda por todo el mundo. Por ejemplo, los buenos amigos comparten sus corazones entre sí. Los cónyuges comparten sus corazones entre sí. Eso es lo que haces con las personas cercanas a ti. Retener y se siente como una traición.
Todo esto es para decir, aquí hay una larga frase de un teólogo holandés que me ha tocado el corazón, y se la paso a ustedes. “Ser cristiano es . . .” ¿Obedecer? ¿Depender de? ¿Para glorificar? Sí, todo esto, pero deja que tu respuesta sea remodelada por el Dios personal que nos creó a su imagen para que podamos participar como ninguna otra criatura puede hacerlo en el placer de un ir y venir interminable de palabras pronunciadas con amor.
Ed Welch
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