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Cómo desperdiciar tus dones espirituales - Romanos 12:6
Estudio Biblico
¿Qué habilidades particulares te ha dado Dios? Cuando Dios te entretejió antes de que nacieras, y cuando te hizo nuevo en Cristo, escogió dones para ti: recursos, experiencias y habilidades especiales para que los administres y los practiques. ¿Crees eso? Si es así, ¿sabes cuáles son? ¿Puedes nombrar algunas formas específicas en las que te esfuerzas por usarlos y crecer en ellos?
Si crees en Jesús, él te ha dado algo de su poder y habilidad. Quienquiera que seas, y por muy “dotado” que te sientas en comparación con los demás, tienes habilidades de Dios que están destinadas a marcar una diferencia en la vida de los demás.
Ahora bien, hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; y hay variedades de servicio, pero un mismo Señor; y hay variedad de actividades, pero es el mismo Dios quien las potencia todas en todos . A cada unose da la manifestación del Espíritu para el bien común. ( 1 Corintios 12:4–7 )
En todos significa “en ti”. A cada uno significa "a ti".
Donde las habilidades se marchitan
La realidad es que, si bien todos tenemos un potencial particular para el bien, no todos nos damos cuenta de ese potencial. Algunos derrochan los dones milagrosos y personales de Dios. Se sientan, por así decirlo, en estantes en el sótano, decoraciones de una vida enfocada en otra parte.
El apóstol Pablo exhorta a la iglesia en Roma: “Teniendo diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos” ( Romanos 12:6 ). Entonces, ¿qué nos impide usar bien nuestros dones? ¿Qué te impide poner a trabajar las habilidades llenas de gracia que Dios te ha dado? Cuando derrochamos nuestros recursos y habilidades que Dios nos ha dado, a menudo no nos damos cuenta de que los estamos despilfarrando. Esto es parte del arte de Satanás. Si no puede convencernos de que rechacemos a Dios por completo, nos alejará de él de cien formas más pequeñas. Incrustará alguna tentación sutil, apenas perceptible, que corrompe lentamente nuestros impulsos y entierra nuestro potencial.
La mayoría de los dones espirituales mueren no por el rechazo absoluto, sino por la distracción. Estas tentaciones se convierten en callejones sin salida espirituales, lugares cómodos para vivir, pero que no conducen a ninguna parte. Pablo pasa por cuatro de estos callejones sin salida en Romanos 12 .
Calle del egoísmo
Quizás la forma más común en que desperdiciamos estos dones es asumir que se trata de nosotros y no de satisfacer las necesidades de los demás. El encargo de Pablo de usar nuestras habilidades viene directamente después de esta notable declaración de nuestra identidad:
Así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, y no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, e individualmente miembros los unos de los otros. ( Romanos 12:4–5 )
Las habilidades que Dios nos da no son principalmente para avanzar en nuestras carreras o desbloquear pasatiempos favoritos o darnos una sensación de logro o realización; son para bendecir y sostener el cuerpo de Cristo, la iglesia. Eres bueno en lo que eres bueno porque la iglesia lo necesita , de alguna manera, forma o forma, porque la iglesia te necesita a ti.
Así no es como piensa el mundo. ¿Qué son los regalos si no son míos para usarlos y gastarlos como quiera? Al igual que el niño de 5 años que se cierne sobre su multitud de autos Matchbox, examinamos nuestras habilidades, recursos y tiempo, y declaramos: "¡Míos!" Dios ve los dones de manera tan diferente. ¿Qué son los dones, pregunta, si mueren en las vides del yo? No, los dones solo se experimentan y disfrutan verdaderamente cuando los tomamos libremente y decimos alegremente a Dios: "¡Tuyo!"
bulevar del orgullo
Más allá de un egoísmo que nos ciega a las necesidades de los demás, podemos desperdiciar nuestros dones porque pensamos demasiado en nosotros mismos. Un par de versículos antes, Pablo escribe,
Por la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no se tenga por más alto de lo que debe pensar, sino que piense con sobriedad, cada uno según la medida de fe que Dios le ha asignado. ( Romanos 12:3 )
A veces los regalos se echan a perder porque estamos demasiado centrados en nosotros mismos; otras veces, porque pensamos que las necesidades que podríamos satisfacer están por debajo de nosotros. Suponemos que estamos demasiado dotados para el amor tranquilo, ordinario e ingrato. El orgullo nos infla la cabeza, nos saca de la realidad y hace que las necesidades reales parezcan pequeñas, incluso triviales, al lado de nuestras engreídas prioridades. Las habilidades dadas por Dios, sin embargo, se sofocan en esa elevación. Respiran y florecen cuando están enraizados en vidas reales y ordinarias con necesidades reales y ordinarias. Nuestros dones no alcanzarán las alturas de su potencial si nos negamos a usarlos de rodillas.
Pablo empuña un arma contra este orgullo que sofoca los dones en el versículo citado anteriormente: piensa sobriamente sobre ti mismo, dice, “cada uno según la medida de fe que Dios le ha asignado ”. Las habilidades que tienes son asignadas por Dios. Incluso la feusted tiene es asignado por Dios. "¿Qué tienes que no hayas recibido?" ( 1 Corintios 4:7 ). Cualquier cosa que hagas bien, recuerda, lo haces bien solo por la creatividad y la generosidad de Dios.
Carril de la mundanalidad
Un tercer callejón sin salida puede ser el más frecuente y sutil: la mundanalidad. Desperdiciamos o abusamos de nuestros dones porque valoramos y priorizamos lo que hace el mundo, en lugar de buscar primero el reino de Dios y su justicia ( Mateo 6:33 ). Es demasiado fácil alinearse con las multitudes que caminan casualmente alejándose de la cruz. “No os conforméis a este mundo”, advierte Pablo, “sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto” ( Romanos 12:2 ). ).
¿Cómo es el tipo incorrecto de conformidad? Pasamos la mejor parte de nosotros mismos en la oficina, en lugar de en casa y en la iglesia. Estamos más entusiasmados con nuestros pasatiempos que con el cielo. Encontramos la mayor comodidad y "descanso" al revisar los restos de la vida de los demás en las redes sociales. Nos mantenemos actualizados sobre nuestros programas y películas favoritos, pero luchamos por encontrar tiempo para sentarnos y reunirnos con Dios y disfrutarlo.
Cuando nuestros corazones están en todos los lugares equivocados, no es de extrañar que nuestros dones (nuestro tiempo, nuestra atención, nuestros recursos, nuestras habilidades) aterricen constantemente en los lugares equivocados también (o nunca aterricen en absoluto). Aquellos que usan bien sus dones rechazan lo que el mundo les enseñaría a hacer con sus dones. Llevan y gastan sus dones donde Dios los guía a través de su palabra, oración y el compañerismo de otros creyentes.
Círculo de pasividad
El último callejón sin salida a lo largo de este camino angosto de la fidelidad nos lleva de regreso a Romanos 12:6 : “Teniendo diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos ”. Como una mala hierba especialmente fértil, la pasividad envenena los jardines de la superdotación.
¿Cuántas habilidades dadas por Dios se marchitan porque estamos demasiado preocupados o somos inseguros o perezosos para siquiera intentarlo? Tuvimos el impulso de servir de esta manera o de aquella, pero seguimos postergándolo. Sabíamos que esa persona podría necesitar una llamada o una visita, pero asumimos que alguien más se comunicaría con nosotros. Escuchamos que la iglesia estaba buscando a alguien para cubrir esa base, pero seguimos encontrando excusas para permanecer en el banquillo. Pablo le dice a la iglesia: jóvenes y viejos, hombres y mujeres, nuevos creyentes y santos mayores, sanos y heridos, extrovertidos y tímidos, musicales y, bueno, no: “Tienes habilidades (sí, incluso tú), así que úsalas . ” Encuentra alguna manera, cualquier manera, de usar lo que sea que hagas bien para cuidar a otra persona.
Ser dotado de esta manera no significa que sea más dotado que los demás o que Dios no espere que todos enseñemos, sirvamos y exhortemos (y demos y lideremos de varias maneras); simplemente significa que hay evidencia de que Dios te ha dado mayores medidas de gracia en ciertas áreas para satisfacer las necesidades de los demás. “Cada uno según el don que ha recibido, utilícenlo para servirse unos a otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” ( 1 Pedro 4:10 ). Cualquier experiencia o habilidad que Dios te haya asignado, comienza a usarla.
Espera, ¿Cuáles son mis regalos?
Algunos, sin embargo, todavía pueden no saber cuáles son sus dones. Tal vez nunca se haya considerado a sí mismo como un “dotado” y no pueda señalar ninguna habilidad o conocimiento en particular que consideraría un don. ¿Cómo empieza alguien a descubrir sus dones?
En Romanos 12:6–8 , Pablo nos da algunos ejemplos: algunos tienen el don de enseñar, así que encuentre a alguien para enseñar, incluso si son tres o cuatro niños de 6 años en la escuela dominical. Algunos tienen el don de servir, así que encuentre a alguien para servir, incluso si está ayudando en la casa a una viuda que se sienta a unos bancos de distancia. Algunos tienen el don de exhortar: alentar, desafiar, corregir, inspirar, así que busque a alguien a quien exhortar, incluso si es el chico que enseña fielmente a tres o cuatro niños de 6 años.
Se podría decir mucho más aquí, pero puede comenzar con una pregunta simple: ¿Qué disfruta hacer bien que un ministerio o una familia en su iglesia pueda necesitar? ¿Qué otras personas te agradecen por hacer? Podría ser enseñar o alentar a los maestros. Podría ser dirigir la música o configurar el equipo. Podría ser servir comidas o limpiar comidas. Podría ser organizar grandes reuniones o hacerse amigo de personas solitarias. Podría ser saludar a los invitados cuando llegan el domingo por la mañana u orar fielmente por los miembros. Toda iglesia, por pequeña que sea, tiene necesidades reales y significativas. A veces, las necesidades son aún mayores en las iglesias más pequeñas porque hay menos líderes y recursos. ¿Qué es algo que haces bien que satisface las necesidades de los demás?
Si sus dones vagaron por un callejón sin salida y comenzaron a marchitarse, no es demasiado tarde para revivirlos y darles un uso. Deja a un lado el orgullo, el egoísmo, la mundanalidad y la pasividad que devoran lo que Dios te ha dado. Libere sus dones de los callejones sin salida que los reprimen. Identifica algo que haces bien por la gracia de Dios y pídele que te ayude a encontrar una necesidad que satisfacer.
Marshall Segal
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