Los miembros de la iglesia bautista de Capitol Hill en Washington, DC, estaban inmersos en un conflicto. Meses de votaciones congregacionales tan estrechas como cincuenta y tres votos frente a cincuenta y dos habían dejado a los miembros exhaustos y al pastor al límite de su paciencia.
¿El año? 1884.
¿El problema? La ubicación de un segundo edificio y la cantidad de deuda a contraer.
Después de que el pastor se negara a someterse a la opinión de la mayoría, sesenta miembros firmaron una carta pidiendo su dimisión. El pastor hizo exactamente eso y, junto con otros treinta y tres miembros, fundó una iglesia rival a una manzana y media de distancia el 23 de octubre de 1884.
A los seis años de su existencia, la iglesia bautista de Capitol Hill no tenía pastor, estaba endeudada y se enfrentaba a una membresía cada vez menor, de solo sesenta personas. La iglesia parecía destinada al fracaso. Sabemos que el Señor tenía otros planes casi 140 años después. A lo largo de la historia, Dios ha hecho una hermosa obra de preservación. Pero solo podemos ver la plenitud de la fidelidad de Dios porque las primeras historias fueron documentadas y transmitidas cuidadosamente a las generaciones futuras.
Registros de fidelidad
Si eres pastor o administrador de una iglesia local, estás sentado sobre una mina de oro de materiales de fuentes primarias que pueden ayudar a contar la historia de cómo Dios obra a través de personas ordinarias para lograr cosas extraordinarias.
Sin embargo, ya sea que tu iglesia tenga cinco meses, cinco años, o incluso cincuenta años de antigüedad, la forma en que hoy conservas y organizas tus documentos es fundamental para que los futuros líderes puedan contar la historia de la fidelidad de Dios en tu iglesia. Recientemente he comenzado a escribir un libro sobre la historia de la iglesia bautista de Capitol Hill. He trabajado con miles de páginas de notas, actas, artículos y cartas, y he recordado de nuevo la importancia de preservar estos documentos para las generaciones futuras.
Perder acceso al pasado de tu iglesia puede conducir a la amnesia corporativa. Llevar un control de los registros de una iglesia puede ayudar a las generaciones futuras a aprender de nuestros errores y animarlas a perseverar en la confianza en el Señor.
¿Cómo conservarás la historia?
¿Qué pasos prácticos pueden dar los líderes de la iglesia para preservar el registro de la fidelidad de Dios en su iglesia local? Veamos siete consejos.
1. Preserva cuidadosamente las actas de las reuniones
Tanto si se trata de una iglesia nueva como de una congregación establecida desde hace cien años, se deben redactar actas minuciosas de todas las reuniones de liderazgo de la iglesia. Cualquiera que sea su contexto denominacional, toda iglesia tiene un cuerpo deliberativo que toma decisiones. Las actas de esas reuniones ofrecen una ventana a los puntos decisivos de la vida de la iglesia.
2. Guarda las notas de las entrevistas con los miembros
Las iglesias suelen tener un proceso para unirse a ellas y convertirse en miembro. A menudo esto implica una entrevista en la que el aspirante compartirá su testimonio y experiencia previa en la iglesia. Con el permiso del nuevo miembro, toma notas cuidadosas y guarda copias en los archivos. Estas entrevistas son un recurso inestimable para que las futuras generaciones conozcan a las personas que componían la congregación.
3. Conserva los manuscritos y las grabaciones de los sermones
Muchos pastores guardan sus propias notas y grabaciones de sermones, pero cuando fallecen o se trasladan a otra iglesia, sus manuscritos suelen quedar en manos de la familia y no se entregan a la iglesia. Quisiera animar a los pastores a que ayuden a preservar la historia de la iglesia haciendo copias adicionales de los manuscritos y grabaciones de sus sermones para guardarlos en los archivos de la iglesia. Así, mucho después de que el pastor se haya ido, los futuros miembros verán cómo se proclamó fielmente el evangelio a las generaciones anteriores.
4. Mantén actualizado el directorio de miembros
Muchas iglesias utilizan un directorio de miembros como herramienta para la oración pastoral y congregacional, así como para mantener la información de contacto de los miembros. Los directorios dan a los futuros historiadores acceso a los nombres completos, los miembros de la familia, las direcciones y otra información sobre la congregación que es útil para su investigación.
5. Entrevista a los miembros más antiguos
Los pastores y los líderes de la iglesia deben dar prioridad a entrevistar periódicamente a los hermanos mayores de la congregación. Debemos conocer la historia de la vida del santo más anciano y su experiencia en la iglesia. Escuchar estas historias será un estímulo para el líder de la iglesia y para los demás que lleguen a escucharlas. Es útil explicar al miembro mayor que su historia puede ser utilizada de inmediato para animar a la congregación o en el futuro como un registro de la historia de su iglesia local. Obtenga un formulario de autorización para la entrevista con este fin y luego tome notas, grabe e incluso transcriba la entrevista para preservarla.
6. Guarda copias en papel
Aunque la mayor parte de tu trabajo se hará en un computador, mantén también copias impresas de los documentos importantes en la oficina de tu iglesia. Con demasiada frecuencia, cuando se producen transiciones de personal o pastorales, los documentos digitales no se transmiten. Es menos probable que los documentos físicos salgan del edificio cuando el personal cambia.
7. Evita la edición
Por último, animaría a que se hicieran cambios mínimos en las notas, incluso cuando esto exponga las deficiencias de la iglesia. El evangelio nos libera de justificarnos. Esto se aplica también a la forma en que miramos la historia de nuestra iglesia local. Al igual que el drama de la redención, la historia de tu iglesia tendrá héroes y villanos, pasos en falso y errores.
Cuando registres las actas de las reuniones y las historias de los miembros, no ocultes los capítulos difíciles o desafortunados. Esto permitirá que las generaciones futuras puedan entender con precisión los eventos y cómo sucedieron. Como Champ Thornton, quien escribió una historia de la Asociación Bautista de Delaware, me dijo recientemente: «Si tu objetivo es celebrar lo que el Señor ha hecho, puedes hablar de algunos de los días más oscuros para contrastarlos con lo que el Señor ha hecho en otros momentos».
Puede que nunca veas el fruto, pero seguir estos sencillos pasos para documentar la historia de tu iglesia puede servir a los futuros líderes y miembros de tu cuerpo local. Hacer la buena obra de preservación es un acto de esperanza: esperanza de que Dios va a permitir que el ministerio de tu iglesia perdure, esperanza de que las generaciones futuras quieran aprender sobre las obras de Dios, esperanza de que Dios preserve una comunidad transformada por el evangelio adorando juntos dentro de décadas o incluso siglos. Como dice el salmista: «Esto se escribirá para las generaciones futuras, para que un pueblo aún por crear alabe al Señor» (Sal 102:18).
CALEB MORELL