Recuerdo una anécdota que ilustra bien lo que implica estudiar psicología, una carrera con enfoque humanista y alejada de la Biblia en algunos de sus planteamientos.
Cuando estaba en mi tercer ciclo de la carrera de psicología realicé un curso troncal en donde la calificación resultaba del desempeño en debates sobre temas peliagudos (eutanasia, aborto, pena de muerte, entre otros). A cada estudiante se le asignaba un grupo: «a favor» o «en contra». Para ese entonces, yo apenas iniciaba mi vida cristiana y rogaba a Dios que no me tocase defender algo en lo que no creía, pues salir del curso o desaprobar tampoco eran opciones.
Honestamente, este tipo de situaciones son comunes en esta carrera universitaria. Por eso, si estás estudiando psicología o estás pensando en hacerlo, quisiera compartirte algunos consejos de lo que aprendí en mi etapa de estudiante y, desde luego, como seguidora de Cristo.
1. Haz de Dios y Su palabra tu autoridad máxima
Reconoce y atesora la autoridad de la Escritura, pues es la palabra de verdad (Jn 17:17). Por cada libro de psicología que leas, lee mucho más de tu Biblia. Que ella sea una lumbrera en tu caminar durante los años universitarios (Sal 119:105). Sería muy útil que pudieras memorizar las Escrituras y pídele a Dios que te dé cada vez más amor por Su Palabra.
Recuerda que la Biblia es suficiente para nuestras vidas, como Pablo le dijo a Timoteo:
Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido… Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia a fin de que el hombre de Dios sea perfecto equipado para toda buena obra (2 Ti 3:14, 16-17).
2. Mantén un pensamiento crítico y guarda tu corazón
Prepárate con diligencia en la Palabra y contrasta todo lo que aprendes a la luz del evangelio. Examina todo, retén lo bueno. Sé perspicaz y mantente alerta de no seguir simplemente la corriente de este mundo sin mayor reflexión y análisis (1 Ts 5:21-22).
Por dar un ejemplo: la psicología puede enseñarte que el perdón es bueno para tu propia alma, pero no nos enseña sobre la esencia del perdón ¿Quién puede hacerlo de todo corazón? El verdadero perdón solo existe en Cristo. Solo el evangelio puede transformarnos para perdonar como Jesús nos perdonó (Col 3:13).
3. No descuides tu iglesia local
Es fundamental que no dejes de congregarte ni de servir a tu iglesia local (Heb 2:15). El aislamiento es una señal de que algo no anda bien en tu corazón. Estudiar en la universidad y servir en la iglesia puede parecer como algo imposible de coordinar o realizar, pero no debe convertirse en una excusa.
Dios nos ha dado veinticuatro horas diarias a todos por igual. Entonces, ¿cómo es que algunos sí pueden y otros no? Organízate para aprovechar bien tu tiempo. Debemos honrar a Dios y darle prioridad a nuestra vida devocional y la adoración comunitaria, pues ella fortalece nuestras vidas.
Como dijo Martín Lutero: «En casa, en mi propio hogar, no hay intensidad o vigor en mí, pero en la iglesia cuando la multitud se reúne, un fuego se enciende en mi corazón y se abre paso hacia mi interior» (Hábitos de gracia, p. 171)
4. Rodéate de personas maduras en la fe que te lleven a la cruz
Esto es importante no solo para los que estudian psicología, sino para todo creyente. Habla frecuentemente con tu pastor o un mentor sobre las dudas y conflictos con los que te enfrentes en la universidad, en especial los que entran en disputa directa con tu fe. Pedir consejo y aceptar la reprensión te hará sabio y te permitirá resolver tus dudas con la Palabra de Dios (Pr 11:14).
Si aún no tienes un mentor con quien rendir cuentas y que te lleve a Cristo, encuentra a alguien. Ora a Dios para que ponga una persona madura a tu lado, preferiblemente de tu iglesia local.
5. Profundiza en la consejería bíblica
Hoy hay muchos recursos disponibles sobre consejería bíblica. Incluso puedes obtener un diplomado o maestría en instituciones muy buenas. De esa manera, si estás pensando en ser un psicólogo clínico, podrás atender a quienes lo necesiten con un consejo basado en la ley perfecta de Dios que restaura el alma (Sal 19:7).
Aunque la psicología puede resultar útil en algunos casos, recuerda que este mundo y toda su ciencia pasarán, pero la Palabra de Dios es eterna (Mt 24:35).
6. Busca alternativas a la psicología clínica
Conozco a muchos colegas que pensaban que la psicología clínica era lo único en lo que podían desempeñarse. Este es un malentendido común. Lo cierto es que existen muchas otras ramas dentro de la psicología.
Por ejemplo, yo decidí especializarme en el área organizacional y encontré deleite en servir a Dios por medio de mi profesión. Mi trabajo consiste en dar oportunidades laborales alrededor de Latinoamérica y es una bendición dar una noticia como: «¡Felicidades! Fuiste seleccionado para el puesto».
Investiga, busca consejos, ora y pide dirección a Dios para encontrar el lugar adecuado para desarrollar tu vocación conforme al llamado de Dios para tu vida.
Manténte firme
Entonces, ¿puede un cristiano estudiar psicología y no morir en el intento? Siempre que guarde su corazón y tenga en claro que solo la Palabra de Dios puede transformar a las personas.
¿Será fácil? Desde luego que no; la vida cristiana en general no es fácil. Estamos llamados a dar testimonio de Aquel que nos salvó, confesarlo en público y no avergonzarnos, sabiendo que al final obtendremos nuestra recompensa (Mt 10:32-33).
Sé íntegro y sincero delante del Señor mientras estudias psicología. Tu fe será confrontada, pero recuerda siempre tu identidad en Cristo: antes que psicólogo, eres cristiano.
KARINA EVARISTO