Inclino mi corazón a cumplir tus decretos para siempre y hasta el fin. —Salmos 119:112
Así como la Biblia nos instruye a alabar a Dios y adorarlo, también nos da razones para agradecerle y nos enseña cómo ofrecerle nuestra gratitud, como se muestra en los versículos a continuación:
Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias e invocamos[a] tu nombre; ¡todos hablan de tus obras portentosas! Salmo 75:1
¡Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre… Salmo 92:1
Lleguemos ante él con acción de gracias, aclamémoslo con cánticos. Salmo 95:2
Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre. Salmo 100:4