Dios obra milagros - Jeremias 32:17-19
Estudio Biblico
Jeremías 32:17–19
Siempre es bueno avivar nuestra fe y recordar que Dios es un Dios de milagros. Como dijo el profeta Jeremías, ¡ nada es demasiado difícil para Él! Debido a que creemos en Su Palabra, podemos estar seguros de que “para Dios todo es posible” (ver Mateo 19:26). Puede sentir que su vida es un desastre en este momento y que nada cambiará nunca. Para un creyente, eso simplemente no es cierto. Dios puede tomar tu mayor desastre y convertirlo en tu mayor milagro.
En nuestra mente natural, hay ciertas cosas que pensamos que son demasiado difíciles para nosotros. Es posible que esté pensando en una situación en este momento que parece demasiado difícil para usted. Tal vez es salir de la deuda. Tal vez sea perder peso y volverse físicamente saludable. Tal vez esté haciendo su parte para ver un gran avance en su matrimonio o familia. Cualesquiera que sean tus circunstancias, si hay algo que te parece demasiado difícil, hoy tengo buenas noticias: no es demasiado difícil para Dios.
Permítanme recordarles que en el Antiguo Testamento, Dios bajó del cielo y partió el Mar Rojo para que Su pueblo pudiera escapar de sus enemigos y caminar a través de él sobre tierra firme (ver Éxodo 14:21–22). Si tú o yo fuéramos a visitar el océano, no podríamos retener ni siquiera un puñado de agua, pero Dios la retuvo toda . ¡Esta liberación milagrosa posicionó a su pueblo para finalmente entrar en las grandes promesas que tenía para ellos!
Piense también en lo mucho que puede haber intentado cambiarse a sí mismo o cambiar a otras personas en ocasiones. ¡Eso es muy difícil de hacer! Pero Dios puede tomar corazones duros, heridos, pecadores y amargados, y hacerlos suaves, completos, fuertes, santos, amorosos y perdonadores. Si Él puede hacer eso, entonces creo que Él puede hacer cualquier cosa. La salvación y transformación que Él hace en nosotros es verdaderamente milagrosa.
En el Nuevo Testamento, Jesús hizo todo tipo de milagros. Nada fue demasiado difícil para Él: no convertir cinco panes y dos peces en una comida que alimentó a cinco mil personas (ver Marcos 6:41–44), no sanar a una mujer que había estado sangrando durante doce años (ver Lucas 8:43– 48), no resucitar a alguien de entre los muertos (ver Lucas 8:49–55), ni siquiera caminar sobre el agua (ver Mateo 14:22–25). Todas estas cosas definitivamente serían demasiado difíciles para nosotros, pero no para Él.
Te animo a que pases un tiempo pensando en las cosas que crees que son demasiado difíciles para ti. Toma cada uno y entrégaselo a Dios. Libéralo y dile que confías completamente en Él y que crees que nada es demasiado difícil para Él.
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