Me pregunto hoy si a veces caes en la misma trampa que yo en alguna ocasión. Quiero creer en algo realmente grande en mi vida y hacer una gran oración, pero luego me miro a mí mismo y pienso: "¿Podría realmente pasarme eso a mí? ¿Puedo lograrlo? ¿Por qué creo que tengo lo que se necesita?" Con demasiada frecuencia limitamos a Dios porque no sentimos que tenemos los recursos o las conexiones o la experiencia para hacer algo extraordinario. Olvidamos que nuestras victorias no se van a ganar con nuestra propia fuerza. Nuestras victorias solo serán logradas por la mano misericordiosa del favor de Dios en nuestras vidas. Eso es lo que traerá lo extraordinario.
Piensa en Moisés. Nació en la esclavitud y su familia no tenía recursos. Cuando nació, se suponía que debía ser asesinado por orden del faraón, pero se salvó y terminó siendo criado en el palacio de la hija del faraón. ¿Qué fue eso? Más tarde, cuando trató de acudir en ayuda de uno de sus compañeros hebreos, tuvo que huir de Egipto, y durante los siguientes cuarenta años ocupó el puesto de pastor en el desierto. Fácilmente podría haber sentido que su vida era un desperdicio, pero Dios lo llamó a regresar y liberar a los israelitas a pesar de que se sentía totalmente incapaz. ¡Sin embargo, lo hizo! Cuando parecía que Faraón y su ejército los destruirían en el Mar Rojo, fue Moisés quien levantó su vara, las aguas se separaron y los israelitas se salvaron. Si lees sobre la vida de Moisés en el periódico de hoy, dirás: "¡Eso es sensacionalismo loco!
Entonces, ¿cómo sucedió? ¿Cómo salió Moisés de la nada para liberar a toda una nación? El Salmo 90 es una oración hermosa que fue escrita por Moisés, y en el último versículo dice: “Que el favor del Señor nuestro Dios descanse sobre nosotros”. Moisés sabía que lo que logró se debió simplemente a la mano misericordiosa del favor de Dios que estaba en su vida. Por sí mismo, no tenía recursos, ni posición, ni conexiones para hacerlo realidad.
Dios está buscando hombres y mujeres que crean que tienen el favor de Dios en sus vidas. Creamos para que Dios haga cosas extraordinarias en nuestras vidas. Dios te creó para ser especial. Él ha puesto algo en tu vida que te da la ventaja. Lo que va a producir lo extraordinario es la mano del favor de la gracia de Dios. ¡Reciba Su favor hoy como un regalo gratuito, luego recíbalo mañana y sepa que puede lograr cosas extraordinarias!