“Todos ustedes en conjunto son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es parte de ese cuerpo”. 1 Corintios 12:27 (NTV)
Una de las razones por las que necesitas estar conectado con una familia de la iglesia es para cumplir tu llamado de servir a otros creyentes de manera práctica. La Biblia dice: “Todos ustedes en conjunto son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es parte de ese cuerpo” 1 Corintios 12:27 (NTV).
Tu servicio es esencial para el cuerpo de Cristo. Cada uno de nosotros tiene un rol que desempeñar, y cada rol es importante. No hay un servicio pequeño para Dios; todo importa.
Ningún ministerio en la iglesia es insignificante. Algunos son visibles, mientras que otros están ocultos y trabajan detrás de escena, pero todos son valiosos. Los ministerios pequeños u ocultos a menudo hacen la mayor diferencia. En mi hogar, la luz más importante no es la gran lámpara de nuestro comedor, sino la pequeña luz de noche que me impide golpearme el pie cuando me levanto en la oscuridad.
No hay correlación entre tamaño y significado. Cada ministerio importa porque todos dependemos unos de otros para funcionar.
Cuando una parte de tu cuerpo no funciona, te enfermas, y el resto de tu cuerpo sufre. Imagínate si tu hígado decidiera comenzar a vivir por sí mismo: “¡Estoy cansado! ¡Ya no quiero servir a tu cuerpo! ¡Quiero un año de descanso solo para ser alimentado! ¡Tengo que hacer lo mejor solo para mí! ¡Voy a dejar que otra parte se haga cargo!”
¿Qué pasaría? Tu cuerpo moriría.
Hoy en día, miles de iglesias locales están muriendo porque las personas no están dispuestas a servir. Se sientan como espectadores, y el cuerpo sufre.
Dios te llama a un servicio mucho más allá de lo que puedas imaginar. Te creó para una vida de buenas obras, que ya ha preparado para que hagas (consulta Efesios 2:10).
¡Cuando sirves a otros, en realidad estás sirviendo a Dios!
Reflexiona sobre esto:
¿Por qué es difícil cumplir tu llamado dado por Dios, sin otros creyentes a tu alrededor?
El tamaño de tu ministerio no refleja la importancia de tu ministerio. ¿Encuentras esa idea fácil o difícil de aceptar? ¿Por qué?
¿Cómo has visto a Dios usando un ministerio aparentemente insignificante para hacer una diferencia en tu vida o en la vida de alguien que conoces?