Durante décadas, defensores y activistas de derechos humanos han trabajado para que llegue el día en que el caso Roe v. Wade (caso que dictaminó que la constitución de los Estados Unidos garantizaba el derecho al aborto) deje de ser la ley del país y la legislación del país proteja a los más vulnerables entre nosotros. Hoy tenemos una razón para celebrar. La decisión de la Corte Suprema en el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization (en inglés) ha revertido los principios legales de Roe y devolverá el asunto de las políticas sobre el aborto a los estados de la nación. La decisión del caso Dobbs es trascendental para el movimiento pro-vida y salvará la vida de muchos de nuestros prójimos por nacer. También es algo muy personal para mí.
Nací de una madre soltera adolescente cuyas circunstancias reflejan las de muchas mujeres que optan por el aborto. Ella tenía 19 años, recursos económicos limitados y ningún cónyuge que le ayudara a asumir las responsabilidades de la crianza. Alrededor del 85% de las mujeres que abortan en los Estados Unidos se encuentran en la misma situación que mi madre biológica. Su decisión de planear la adopción para mí fue muy difícil. No siempre resulta fácil para una mujer renunciar voluntariamente a su propia descendencia.
Por la gracia de Dios, mi historia es una historia de vida. He trabajado en asuntos relacionados con la vida durante más de una década, pasando muchos de esos años ayudando a elaborar políticas públicas que protejan legalmente a los niños prematuros, cuiden de los niños vulnerables en el sistema de acogida, garanticen que la adopción siga siendo una opción viable y promuevan familias que florecen. Gran parte de ese trabajo continuará, pero debemos celebrar con razón esta histórica decisión de la Corte Suprema.
¿Por qué es una buena noticia la decisión sobre el caso Dobbs?
Mientras trabajaba en el Capitolio, el corazón de mis esfuerzos —junto con los de miles de personas— era trabajar para que llegara el día en que Roe dejara de reinar. Desde que se promulgó Roe en 1973, se han abortado más de 60 millones de bebés por nacer. Lamentamos profundamente el asombroso número de vidas inocentes perdidas. Pero hoy estamos agradecidos por la decisión de los jueces, la cual protegerá a millones de nuestros prójimos vulnerables en el futuro. Cada día que pasa, más y más personas reconocen que las vidas de los niños antes de nacer son dignas de protección.
Como resultado de la decisión en el caso Dobbs, los estados podrán decidir sus propias políticas sobre el aborto. Aunque algunos estados protegerán el acceso al aborto, otros podrán ahora ofrecer una protección sólida a los bebés antes de nacer. Este caso representa un cambio significativo en la jurisprudencia sobre el aborto y el movimiento y la estrategia provida serán diferentes en el futuro. Pero lo que no cambiará es la necesidad de que la iglesia esté en primera línea sirviendo a las familias vulnerables.
Línea de fidelidad
Mientras nos alegramos por la decisión en el caso Dobbs, también debemos honrar a los innumerables hombres y mujeres que nos han ayudado a llegar a este momento histórico. Durante décadas, miles de iglesias y cristianos han servido a los bebés no nacidos, atendido a las mujeres, orientado a los hombres y ayudado familias a florecer. El hilo conductor de este movimiento es la fidelidad.
Fidelidad en la defensa de leyes que protejan a nuestro prójimo más vulnerable.
Fidelidad en el cuidado de los no nacidos y de sus madres y padres.
Fidelidad en el funcionamiento de cientos de centros de recursos para embarazadas en todo el país.
Fidelidad en la adopción y la acogida y en la garantía de que cada niño tenga un hogar seguro, permanente y amoroso.
Fidelidad en la proclamación de las buenas noticias del evangelio a las mujeres que han abortado.
Los fieles han servido silenciosamente durante años, por lo que muchos de nosotros nunca conoceremos sus nombres. Pero la eternidad conocerá su influencia. La dedicación y el compromiso de los cristianos con los no nacidos y sus familias están firmemente arraigados en las Escrituras. Todas las personas han sido creadas a imagen y semejanza de Dios (Gn 1:27), y la utilidad o la capacidad de una persona para contribuir a la sociedad no debe determinar su valor o su derecho a la vida. El movimiento provida trabaja para conseguir una sociedad en la que se respete el valor innato de cada vida, tanto de los nacidos como de los no nacidos.
Nuevo movimiento, mismo mensaje
La decisión en el caso Dobbs marca el inicio de un nuevo movimiento provida y deberíamos celebrarlo con razón por lo que es: la oportunidad de que miles de bebés no nacidos tengan el derecho humano más fundamental, el derecho a vivir. Deberíamos detenernos y alabar a Dios por Su soberanía y misericordia en esta decisión.
Luego, debemos redoblar nuestros esfuerzos para cuidar a los bebés no nacidos, a sus familias y a los niños vulnerables, ofreciendo al mismo tiempo el amor y la esperanza del evangelio. Que estemos en primera línea para proclamar que todas las personas han sido creadas a imagen de Dios y son intrínsecamente dignas de ser cuidadas. Que podamos mostrar con nuestras vidas que todas las personas son preciosas ante los ojos de Dios.
Chelsea Patterson Sobolik es la Directora de Políticas de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa, autora de Longing for Motherhood [Anhelando la maternidad]. Anteriormente trabajó para la Cámara de Representantes de Estados Unidos en temas como el bienestar infantil, la libertad religiosa, la adopción y las políticas de hogares de acogida. Chelsea fue adoptada cuando era recién nacida en Bucarest (Rumanía), creció en Carolina del Norte y se graduó en la Liberty University. Ella y su esposo, Michael, viven en Washington, D.C.