Estudio Biblico
Abraham es uno de los personajes del Antiguo Testamento que más ha impactado mi vida espiritual. Por medio de su ejemplo veo la necesidad de vivir por fe.
La separación es a menudo parte de nuestro desarrollo espiritual. Antes de que podamos encargarnos de algo nuevo, el Señor puede pedirnos que dejemos algo que tenemos. En Génesis 12.1-3, Dios le dice a Abraham que emprenda un viaje que implicaba dejar su país, su pueblo y el hogar de su padre. La obediencia significaba decir adiós a las personas y a las cosas importantes para él. Los únicos parientes que viajaron con Abraham fueron su esposa y su sobrino; atrás quedaba la vida que había conocido en su tierra. Pero este varón de Dios no dudó; su gran fe le permitió decir que sí.
Avanzar en medio de la incertidumbre puede ser otro aspecto de la obediencia al Señor. A Abraham se le dijo que viajara sin saber su destino. Trate de imaginar lo que sería decirle a sus amigos que usted se está marchando a un lugar lejano, pero que no tiene idea de a dónde se dirige. Esta falta de detalles no detuvo a Abraham. Su confianza inquebrantable en su Padre celestial le permitió responder de todo corazón al llamamiento divino. A pesar de la falta de detalles específicos, Abraham estuvo preparado espiritualmente para decirle sí a Dios cuando Él le llamó.
Obedecer a Dios requiere vivir por fe, lo cual significa: confiar en la guía del Espíritu Santo (Jn 16.13) cuando no vemos cómo encajan todas las piezas; creer que Dios obra siempre para nuestro bien (Ro 8.28) y para su gloria; y desear agradar a nuestro Padre celestial. ¿Estará usted listo para cuando Él le llame?