“De nada sirve que ustedes se levanten muy temprano, ni que se acuesten muy tarde, ni que trabajen muy duro para ganarse el pan; cuando Dios quiere a alguien, le da un sueño tranquilo”. Salmo 127:2 (TLA)
Cuando comenzamos la Iglesia Saddleback, trabajábamos dieciocho horas al día. Kay preparaba comidas y recibía personas en nuestra casa dos veces por semana. Tuvimos a cada miembro de nuestra iglesia en nuestra casa al menos una vez durante esos primeros dos años. En el último domingo del primer año, me levanté para hablar y me desmayé. Estaba exhausto física, emocional, espiritual y relacionalmente.
Durante el siguiente año, Dios me enseñó algunas cosas sobre el balance el cual he estado aprendiendo una y otra vez desde entonces. Esto es lo que he aprendido: Dios no te dará todo lo que prometió en una sola vez. Puede ser que no estés preparado para manejarlo todo, o puede ser que es demasiado para que lo controles hasta que madures. Las promesas de Dios se cumplirán poco a poco mientras creces.
La Biblia dice en Salmo 127:2, “De nada sirve que ustedes se levanten muy temprano, ni que se acuesten muy tarde, ni que trabajen muy duro para ganarse el pan; cuando Dios quiere a alguien, le da un sueño tranquilo” (TLA).
Cuando colapsé en la iglesia, me di cuenta de que resistirte a descansar es inmadurez. Recuerda, Roma no se construyó en un día y tampoco lo vale la iglesia o cualquier otra cosa.
Mientras Dios está haciendo crecer tu negocio, Él también te hace crecer. Mientras Dios está haciendo crecer a tus hijos, también te está haciendo crecer. Mientras Dios está haciendo crecer tu carrera, también te está haciendo crecer. Para poder crecer en la vida, tienes que aprender a descansar en la bondad de Dios.
Reflexiona sobre esto:
¿Cuáles son tus razones para sobre trabajar en casa, la escuela o el trabajo?
¿En qué te enfocas cuando sobre trabajas?
Basado en tu agenda diaria, ¿Cuál es tu más alta prioridad: ¿Terminar tu lista de pendientes o crecer espiritualmente? ¿Por qué?