“Protégeme, oh Dios, pues en ti me refugio. Yo dije al Señor: Tú eres mi Señor; ningún bien tengo fuera de ti”. Salmo 16:1-2 (LBLA)
Aunque es verdad, no todo lo que sucede en tu vida es bueno, eso no significa que Dios no sea bueno y no significa que Dios no está derramando su bondad en tu vida. Dios puede tomar lo malo y sacar lo bueno de ello. Incluso en los peores momentos, Dios tiene un buen propósito, un buen plan y una buena razón.
El Salmo 16:1-2 dice, “Protégeme, oh Dios, pues en ti me refugio. Yo dije al Señor: Tú eres mi Señor; ningún bien tengo fuera de ti” Salmo 16:1-2 (LBLA).
¿Orarías y hablarías a Dios acerca de Su bondad? Di: “Dios, eres tan bueno. Nunca podría merecer tu bondad. Lamento a menudo haber olvidado o dudado de tu bondad. Perdóname por la ingratitud y el egocentrismo orgulloso. No soy nada sin ti. Como David, me desesperaría si no viera tu bondad. Abre mis ojos para ver lo bueno que eres realmente y deja que transforme mi vida.
“Dios, mi alma necesita restauración. No siempre pienso bien. No siempre elijo bien. No siempre me siento bien. Necesito que restaures mi alma dañada, mi mente, mi voluntad y mis emociones. A medida que continúo aprendiendo sobre tu bondad, confío en que mis pecados han sido perdonados, porque he venido a ti y te he dicho que necesito un Salvador. Perdono a las personas que me han lastimado y hago una oración de bendición sobre ellos. Quiero formar un equipo contigo y te pido que me ayudes con la carga que estoy llevando”.
Si no conoces a Jesús como el Salvador, puedes orar ahora mismo: “Jesucristo, quiero conocerte. Quiero aprender a amarte y confiar en Ti. Humildemente te pido que me aceptes en tu familia, no porque lo merezca, sino porque en la cruz, ¡lo pagaste todo! Gracias. Te lo ruego en tu nombre. Amén”.
Reflexiona sobre esto:
¿Cómo has visto a Dios convertir las cosas malas que te pasan en algo bueno
Cuando miras hacia atrás y reconoces la bondad de Dios, ¿cómo afecta tu perspectiva en este momento?
¿Por qué es orgullo no reconocer la bondad de Dios?