A continuación encontrarás quince acciones que algunas personas consideran pecaminosas y otras no. Cuenta cuántas de las siguientes las considerarías pecaminosas.
1. Besos con tu novio/novia
2. Ver películas clasificadas R (para público adulto)
3. Escuchar música no cristiana
4. Consumir alcohol
5. Decir malas palabras
6. Tatuarse
7. Asistir a un evento de Halloween
8. Usar las redes sociales
9. Darte un “atracón” de Netflix.
10. Conducir unos cuantos kilómetros por hora por encima del límite de velocidad
11. Faltar a la iglesia un domingo para asistir a un evento deportivo
12. Enviar a los hijos a la escuela pública
13. Apostar en eventos deportivos
14. Gastar dinero en artículos de lujo
15. Jugar a videojuegos que contengan violencia.
BONUS: Permitir que tus hijos hagan cualquiera de las anteriores.
Interpretando tu puntuación
¿A cuántas has respondido con un «sí»?
Si has conseguido 10 o más, ¡eres un legalista!
Si has sacado 5 o menos, ¡eres un antinomiano!
Es broma.
Si te costó responder estas preguntas y respondiste «depende» a muchas de ellas, puede que eso no sea malo.
Muchos cristianos catalogan algunos de estos temas como «áreas grises», una categoría que podríamos definir como acciones que la Escritura no identifica claramente como «pecaminosas» o «no pecaminosas» para todas las personas en todos los lugares y en todo momento.
Dicho de otra manera, un área gris (bíblicamente hablando) es cualquier asunto que no está claramente ordenado, prohibido o permitido en las Escrituras.
Desarrollando discernimiento
Las áreas grises en cuestiones morales siempre han existido para los creyentes (ver Ro 14:1-23). Las nuevas tecnologías y los problemas sociales modernos ofrecen ciertamente manifestaciones únicas de áreas grises, pero los cristianos siempre han necesitado ejercer sabiduría y discernimiento en innumerables situaciones de la vida.
Mi propósito en este escrito no es presentar mi opinión sobre la moralidad de estas posibles áreas grises, sino proveer preguntas que te ayuden a tomar decisiones morales respecto a las áreas grises en tu propia vida, de una manera bíblica y que honre a Dios.
Cuando no estés seguro de si una determinada acción es pecaminosa, hazte estas preguntas antes de proceder:
1. ¿Está el Espíritu Santo convenciéndome de que esto está mal? (Ro 14:23; Stg 4:17).
2. ¿Esta acción hace tropezar a un hermano o hermana? (Ro 14:20; 1 Co 8:9-13).
3. ¿Es esta acción perjudicial en lugar de beneficiosa para mi fe? (1 Co 6:12; 10:23).
4. ¿Esta acción me domina o me controla? (1 Co 6:12; 9:27).
5. ¿Esta acción me hace ser desobediente a alguien que Dios ha puesto en autoridad sobre mí? (Ef 6:1; He 13:17)
6. ¿Estoy juzgando a otros que no están de acuerdo conmigo en esta área gris? (Mt 7:1-5; Ro 14:13).
Si respondiste «sí» a una o más de estas preguntas, es probable que este comportamiento sea pecaminoso o al menos imprudente. Por supuesto, esta no es una lista exhaustiva de todo lo que la Biblia dice sobre las áreas grises y hay innumerables advertencias que podríamos añadir (por ejemplo, cómo distinguir la diferencia entre la convicción guiada por el Espíritu y una culpa legalista o cómo responder a la autoridad abusiva). Sin embargo, esta lista sirve como punto de partida.
¿Cómo seré juzgado?
Dios tiene dos tipos de «voluntad»: Su voluntad oculta y Su voluntad revelada (cp. Dt 29:29). Hay un sentido real en el que Dios nos ha ocultado parte de Su voluntad soberana (por ejemplo, si nos casamos con la persona cristiana A o B, o si vivimos en Greenville o en Dallas), mientras que nos ha revelado claramente otros aspectos de Su voluntad (por ejemplo, debes amar a tu prójimo y arrepentirte de tu pecado).
Entonces, ¿sobre qué aspecto de la voluntad de Dios vamos a ser llamados a rendir cuentas por nuestra obediencia?
El Catecismo Menor de Westminster (pregunta 39) nos ayuda aquí:
Pregunta: ¿Cuál es el deber que Dios exige al hombre?
Respuesta: El deber que Dios exige al hombre es la obediencia a Su voluntad revelada
Las dos últimas palabras son clave: Dios exige obediencia a Su voluntad revelada.
Deuteronomio 29:29 presenta tanto el lenguaje como la justificación de la afirmación de los teólogos de Westminster: «Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios, mas las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las palabras de esta ley».
Dios no está jugando contigo, viendo si puedes «adivinar bajo cuál sombrero» está el pecado y, si adivinas mal, pierdes. No está deseando secretamente que compres el carro rojo —sin decírtelo— y luego te castiga por comprar el carro azul. Ese no es el tipo de Padre que es nuestro Dios.
Dios quiere que obedezcamos sus mandamientos en las áreas blancas y negras y que busquemos su sabiduría en las áreas grises. Él sabe que no conocemos Su voluntad oculta (Sal 103:14), y no nos condena por ello. Pero con lo que sabemos de Su voluntad revelada en las Escrituras, estamos bien equipados para tomar decisiones sabias que honren a Dios, incluso en las áreas más grises (2 Ti 3:16-17).
BLAKE GLOSSON