1 Tesalonicenses 4:11, TLB
Esta debe ser tu ambición: vivir una vida tranquila, ocupándote de tus propios asuntos y haciendo tu propio trabajo, tal como te dijimos antes.
En Números 12, la hermana de Moisés, Miriam, y su hermano, Aarón, comenzaron a criticarlo y cuestionar su liderazgo. Quizás Miriam sintió que Moisés estaba recibiendo algo del reconocimiento que ella merecía. Centró su crítica en el hecho de que, muchos años antes, Moisés se había casado con una mujer cusita, extranjera. No era de su incumbencia con quién se había casado, y debido a eso, su piel de repente se volvió leprosa. Eso puede parecer extremo, pero así es como a Dios le disgusta cuando sembramos discordia y provocamos problemas. Afortunadamente para Miriam, Moisés oró por ella y Dios restauró la salud de su piel.
El apóstol Pablo dice que ocupéis de vuestros propios asuntos. No es asunto nuestro con quién se casan los demás, qué auto conducen o cómo gastan su dinero. No seas entrometido, no seas entrometido tratando de saberlo todo. Algunas cosas sobre las que no deberíamos tener una opinión, o si la tenemos, deberíamos guardárnosla a menos que nos pregunten. Ya es bastante difícil llevar nuestra propia vida. No intentes ejecutar el de otra persona.