Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación. —2 Corintios 7:1
Para vivir en estrecha relación con Dios, hay algunas decisiones que tenemos que tomar a diario. Habrá ocasiones en las que necesitemos decir no a algunas cosas a las que preferiríamos decir que sí, y sí a algunas cosas a las que preferiríamos decir que no. Esto requiere sabiduría y dominio propio, pero afortunadamente, el Espíritu Santo nos da ambas cosas.
Es importante enseñar a las personas a vivir vidas santas porque es una parte importante de vivir en una relación cercana con Dios. No significa que nunca cometamos un error, solo significa que el deseo de nuestro corazón es vivir de una manera que agrade al Señor. Esto se logra al buscar agradar a Dios en nuestros pensamientos, conversaciones, compañerismo, música, entretenimiento, etc.
Si nuestra carne desea andar por un camino, pero la Palabra de Dios nos enseña a ir por otro camino, podemos recibir la gracia de Dios para obedecer lo que Él está diciendo. La buena noticia es que hay una tremenda recompensa cuando lo hacemos.
Cuando elegimos vivir nuestras vidas para Dios, en lugar de hacerlo para nosotros mismos, experimentaremos la justicia, la paz y el gozo en el Espíritu Santo. Viviremos en victoria sin importar lo que venga contra nosotros. Esa es una vida maravillosa, esa es la vida abundante, vencedora y llena de gozo que Jesús murió para darnos.
Invierte en tu futuro: elige vivir una vida que agrade a Dios.