“Pues la palabra del Señor es verdadera y podemos confiar en todo lo que él hace”. Salmo 33:4 (NTV)
Una de las grandes preguntas de la vida es: “¿En quién deberías confiar?” La forma en que respondas a esta pregunta determinará si eres feliz o miserable, si tienes éxito o fracasas, si haces algo con tu vida o si la desperdicias.
Para determinar en quién debes confiar, hazte preguntas como estas: ¿Quién siempre tiene en cuenta tus intereses? ¿Quién te ayudará a tomar decisiones importantes? ¿Quién quiere verte triunfar?
¿Deberías confiar en la opinión popular? Puede que no sea una buena idea, ya que cambia constantemente. ¿Deberías confiar en las celebridades que marcan las últimas tendencias? Las tendencias cambian y las modas se desvanecen. ¿Deberías tomar decisiones vitales críticas basadas en lo que lees en las redes sociales? El hecho de que esté en línea no significa que sea verdaderamente confiable.
¿Qué hay de confiar en ti mismo? La verdad es que tus emociones pueden mentirte. La Biblia dice: “Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?” Jeremías 17:9 (NVI). Cuando vives de acuerdo con tus emociones, puedes ser fácilmente manipulado por otras personas y por tus propios cambios de humor.
Si vas a confiar tu vida y tu futuro a alguien o algo, es mejor que elijas a alguien que tenga tus mejores intereses en el corazón, lo sepa todo, sea perfecto y nunca te mienta. Eso limita tus opciones a Dios.
Nadie más te dirá siempre la verdad. Lo van a tapar. Lo van a filtrar. Van a hacer que suene bien. Es posible que no te digan lo que necesitas escuchar. Pero lo que necesitas escuchar es la verdad, porque la verdad te hace libre. Las mentiras sobre ti mismo, los demás, el mundo y cómo es realmente la vida solo te mantendrán en cautiverio.
Y aunque la verdad te hará libre, al principio puede hacerte sentir miserable. Por eso a la gente no le gusta la verdad y, a menudo, la evita. No querrás escuchar que la mayoría de tus problemas fueron provocados por malas decisiones. No querrás escuchar que tu propia terquedad, ego e inseguridad causan estrés en tu vida, pero es cierto.
El Salmo 33:4 dice: “Pues la palabra del Señor es verdadera y podemos confiar en todo lo que él hace” (NTV).
Dios lo dijo, y eso lo resuelve todo, lo creas o no. Dios no está esperando tu opinión para descubrir qué está bien y qué está mal. Si Dios lo dice, es verdad.
Cada día, las voces a tu alrededor intentan que confíes en ellas. Pero solo hay una voz en la que puedes confiar y que siempre tendrá en mente lo mejor para ti. Confía en Dios para tu presente y tu futuro. Él nunca te decepcionará.