“Dios acepta a todos los que creen y confían en Jesucristo, sin importar si son judíos o no lo son”. Romanos 3:22 (TLA)
¿Te sorprendería saber que la mayoría de las personas no se aceptan a sí mismas? Soy pastor desde hace más de 40 años. He hablado con decenas de miles de personas y he descubierto que la mayoría de las personas realmente no se agradan a sí mismas. Desearían ser diferentes. Desearían verse diferentes. Desearían actuar de manera diferente.
Si eres como la mayoría de la gente, y no te aceptas a ti mismo, entonces te pasas la vida tratando de encontrar la aceptación de otras personas.
Y no solo trabajas duro para que otras personas te acepten. También trabajas para conseguir la aceptación de Dios. Sabes en tu corazón que tienes un gran problema: Dios es perfecto, pero tú no lo eres.
Pero hay buenas noticias. Dios también reconoció el problema y tiene un plan.
Primero, asegurémonos de entender el problema: Dios vive en un lugar perfecto llamado Cielo. Y si permitiera que personas imperfectas entraran en un lugar perfecto, ya no sería perfecto.
A continuación, el plan: el plan de Dios es lo que a veces se llama “El Gran Intercambio”.
La Biblia dice: “Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo” 2 Corintios 5:21 (NTV).
No eres perfecto, pero Jesús lo es. Entonces Dios dice: “Haremos un intercambio aquí. Jesús tomará tus pecados y tú recibirás su bondad en tu vida”.
Debido a la muerte y resurrección de Cristo, no tienes que esforzarte para ser lo suficientemente bueno. La bondad de Cristo te hace aceptable a Dios. Y te permitirá vivir con Él un día en el Cielo, su lugar perfecto. ¡Eso es un buen trato!
Mucha gente se siente atrapada por su pasado. Dicen: “Si supieras lo que he hecho, sabrías que nunca seré aceptable para Dios”.
No sé lo que has hecho, pero Dios sí, y todavía te acepta: “Dios acepta a todos los que creen y confían en Jesucristo, sin importar si son judíos o no lo son” Romanos 3:22 (TLA).
Es hora de dejar de vivir tu vida tratando de ser aceptado por Dios y por otras personas. Debido a la muerte y resurrección de Jesús, eres aceptado.
Reflexiona sobre esto
¿Cómo has trabajado para ganar la aceptación de otras personas? ¿Cuáles han sido los resultados?
¿De qué maneras estás tentado a trabajar para ganarte la aceptación de Dios?
¿Qué diferencia práctica hace en tu vida saber que, debido a la muerte y resurrección de Jesús, Dios te acepta?