JOSÉ MERCADO
La guerra actual entre Rusia y Ucrania es noticia global y muchos creyentes pueden preguntarse: ¿es este conflicto una de las señales del fin de los tiempos?
La respuesta breve es: sí y no. Esto depende de los diferentes aspectos de la escatología (el estudio de los últimos tiempos) y los entendimientos teológicos que un creyente abrace. Desde mi perspectiva, muchos creyentes usan rápidamente cualquier período de guerra para aplicar la descripción que Jesús hace en Mateo 24 sobre el tiempo de su venida, para llegar a conclusiones sobre el inminente fin basado en un conflicto bélico entre naciones.
Mi propósito en este artículo es ayudar a evaluar objetivamente estos sucesos, cuando escuchamos y vemos tiempos de guerra, de acuerdo con una cosmovisión bíblica. Asimismo, debemos dejar a un lado los comentarios alarmistas que presentan argumentos irracionales que no son sustentados por las Escrituras.
No nos concierne predecir el final
En primer lugar, debemos tener cuidado con el hecho de que muchas veces somos tentados a consultar oráculos. Tenemos el ejemplo de Saúl, quien fue tentado y falló en 1 Samuel 28. En nuestros días, muchos caen en esta tentación. Desean saber con precisión el futuro, dejando a un lado lo que Dios ha revelado claramente en las Escrituras.
Al caer en esta tentación, terminamos cometiendo afrenta contra Dios porque escogemos poner nuestra confianza en nuestra capacidad de buscar información sobre el futuro, en lugar de confiar en que Dios nos cuidará a pesar de la incertidumbre.
En consecuencia, muchos creyentes fragmentan un texto que está claramente explicado en las Escrituras, tratando de predecir algo que no nos corresponde predecir: «Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre» (Mt 24:36).
¿Podemos definir tiempos finales?
Sin embargo, sí podemos definir si estamos en los tiempos finales. La razón por la que mi respuesta a la pregunta de este artículo es afirmativa, es porque si definimos bíblicamente los tiempos finales tomando en cuenta el periodo desde Pentecostés hasta la segunda venida de Jesucristo, concluimos que todo acto que muestra la realidad de la necesidad de redención, revela el fin de los tiempos. El autor de Hebreos explica:
Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por Su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo (Heb. 1:1-2, énfasis añadido).
En estos últimos días, Dios nos habla por medio de Cristo. Sin lugar a dudas, este texto muestra la realidad de que vivimos en los tiempos finales. Por esta razón, estoy convencido que la guerra en Ucrania nos recuerda que vivimos en el tiempo en donde el reino ya está establecido en este mundo, pero todavía no está consumado.
Sin embargo, al mismo tiempo, decimos que el conflicto en Ucrania no necesariamente nos revela el fin de los tiempos inminente, hablando específicamente del día y la hora que será la gloriosa segunda venida (1 Ts 4:13-17).
Entendiendo el género apocalíptico
Algo de suma importancia cuando observamos los textos de contenido apocalíptico, y que nos da a entender el diseño de Dios para ellos, es reconocer que este género literario está lleno de simbolismos que dificultan establecer tiempos y eventos con total certeza. La razón para esto es que este género está diseñado para animar a los creyentes en medio de la persecución, no para determinar cuándo se cumplirá el fin.
Por ejemplo, Apocalipsis está escrito para recordar a los creyentes que están sufriendo los efectos devastadores de una persecución malvada y diabólica, que Cristo está en su trono y estos eventos son pasajeros. Apocalipsis nos recuerda que Jesús traerá juicio a todo aquel que sea maligno y derrame sangre de inocentes.
Esto nos lleva a la verdad de que, en cierto sentido, los creyentes tienen diferentes realidades frente a ellos. Para los creyentes en países en guerra, parece que se aproximan más a la situación descrita en Apocalipsis 19, mientras el cumplimiento de Apocalipsis 20 y 21 es visto como una realidad lejana. En contraste, los creyentes que viven en un suburbio pacífico, en una ciudad afluente o campo paradisíaco, pueden sentir que ya viven en el paraíso.
Consuelo para los ucranianos
Lo glorioso de todo esto, es que los textos que muchas veces son citados para decir que el final está cerca, son los mismos que deben traer consuelo a nuestros hermanos en Ucrania y a cualquier lugar donde haya sufrimiento.
Jesús está en este momento en Su trono y Él mismo traerá venganza sobre todo aquel que obre con injusticia en la vida de inocentes, y en especial en su pueblo. La iglesia en Ucrania está en la mano de un Señor bondadoso que defiende a los suyos; lo que tenemos que entender es que en ocasiones esta defensa vendrá en el día del juicio ante el tribunal del reino de los cielos.
El anhelo de todo redimido
En conclusión, al escuchar rumores de guerra, nuestro impulso no debe ser correr a ver nuestros calendarios y calculadoras para tratar de predecir cuánto falta para el fin. Al mismo tiempo, debemos estar dispuestos a entender que la segunda venida de Jesucristo puede ser en cualquier momento, y que vivimos con esa verdad latente.
Desde que Jesús obtuvo en la cruz la victoria definitiva contra el pecado, contra los dioses que nos esclavizaban, contra Satanás y la muerte, su reino está definitivamente establecido en este mundo. Ahora esperamos la consumación y clamamos por su segunda venida, por la restauración final (Ro 8:20). Nuestra esperanza está en el día en que el Rey vendrá y reinará, cuando su reino será en la tierra así como es en los cielos.