Estudio Biblico
Cierto día, Pablo iba con Silas como de costumbre al lugar donde se hacia la oración. Estaban felices porque Dios estaba abriendo nuevas oportunidades para predicar su Palabra en medio de los gentiles, hasta que vino el ataque del enemigo con el propósito de detenerlos.
El pasaje de hoy dice que una joven esclava que tenía un espíritu de adivinación les salió al encuentro. Pablo como era un hombre lleno del Espíritu Santo no dudó en discernir la manifestación espiritual que estaba operando y reprendió en el nombre de Jesús el demonio que la estaba controlando.
Esto hizo que la esperanza de sus amos se esfumará pues ya no iba a ver quién viniera a buscar adivinación. De esta manera Pablo y Silas fueron echados a la cárcel y allí en la oscuridad de la noche, más exactamente a media noche, siguieron orando y alabando al Señor y los demás presos los oían. Su oración insistente ocasión que Ángeles se movilizaran a favor de ellos y fueran libres de su prisión.
Hay ocasiones que no entendemos porque oramos y las cosas al parecer tienden a empeorar. Pero lo que no sabemos es que cuando Dios está a punto de abrir nuevas puertas para nuestra vida, el enemigo casi siempre se va a levantar para impedir que la vida de Dios llegue a más personas.
Pero para Pablo y Silas, la cárcel, ni los azotes, ni las cadenas fueron un impedimento para adorar a Dios. Así como ellos, no podemos permitir que los problemas y los afanes de la vida nos roben el privilegio de disfrutar la presencia de Dios, porque cuando lo hacemos el Señor moviliza sus Ángeles a nuestro favor y pelean las batallas que a nuestro parecer son imposibles de ganar.
Para reflexionar: ¿Cuándo tienes problemas siguen buscando al Señor con el mismo fuego? a pesar de la oposición… ¡nunca dejes de orar!
16:17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación.
16:18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.
16:19 Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades;
16:20 y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad,
16:21 y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos.
16:22 Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas.
16:23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad.
16:24 El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.
16:25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
16:26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.