“Temer a los hombres resulta una trampa, pero el que confía en el Señor sale bien librado”. Proverbios 29:25 (NVI)
La herramienta favorita de satanás para disminuir tu fe, es el temor al futuro. Pero no puedes servir a Dios y estar constantemente preocupado sobre lo que otras personas piensan. Tienes que avanzar. Proverbios 29:25 dice “Temer a los hombres resulta una trampa, pero el que confía en el Señor sale bien librado” (NVI).
Así que, ¿Cómo te deshaces del temor al error?
Una forma es redefinir el fracaso. ¿Qué es el fracaso? No alcanzar tu meta no es un fracaso. Fracaso es no tener una meta. Fallar en tu objetivo no es un fracaso. Fracaso es no tener un objetivo. Caer no es un fracaso. Fracaso es rehusarse a levantarse. Nunca tendrás un fracaso hasta que te rindas. Así que si estás intentando algo para la Gloria de Dios, eso es una buena cosa. Fallar es no intentar y no completar nada. Fallar es fallar en intentar.
Otra forma de deshacerte de tu temor al fracaso es dejar de compararte con los demás. Siempre vas a encontrar a alguien que hace mejor tu trabajo, y te vas a desanimar. Y, siempre vas a encontrar a alguien que no hace tan bien el trabajo como tú, y te vas a llenar de orgullo. Ambas cosas arruinarán tu vida. El desánimo y el orgullo evitarán que sirvas al propósito de Dios para tu vida.
La Biblia dice en Gálatas 6:4 “Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie” (NVI).
¿Has notado que la Biblia dice que existe el orgullo legítimo? Hay un tipo de orgullo bueno y hay un orgullo malo. El tipo de orgullo malo es comparar: “¡Soy mejor que tal y tal!” El tipo de orgullo bueno es, “Dios, estoy orgulloso de lo que haces en mi familia, mis negocios, mi vida y mi andar en fe”. Ese es un tipo de orgullo bueno.
Cuando llegues al Cielo, Dios no te va a decir, “¿Por qué no fuiste más como tal y tal?” Él te va a decir, “¿Por qué no fuiste para lo que yo te hice?”
Libérate del temor al fracaso, porque cualquier cosa que intentes para Dios con fe es algo bueno, independientemente de los resultados.
Reflexiona sobre esto:
¿Cómo tu temor de lo que otros digan, evita que avances en fe?