“Y dejándolos, se embarcó otra vez y se fue al otro lado del lago. Los discípulos se habían olvidado de tomar panes, y no tenían consigo en la barca sino solo un pan. Jesús les encargaba diciendo: «¡Tengan cuidado! Cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes». Y ellos discutían entre sí que no tenían panes”. Marcos 8:13-16 (NBLA)
En la Biblia, la levadura es generalmente una metáfora del orgullo y la arrogancia. ¿Por qué? Cuando tú agregas levadura a la masa, ¿qué sucede? Se esponja, y si pones mucha estalla.
Cuando cocinas no necesitas grandes cantidades de levadura. Si estás cocinando pan, no le agregas una taza de levadura. Sólo necesitas una pizca. Justamente como la levadura, no necesitas tener mucho orgullo para que este tome el control rápidamente y te meta en toda clase de problemas.
Recientemente mi esposa, Kay, y yo tuvimos lo que ustedes llamarían una discusión. Nosotros le llamamos un “combate amoroso”. Después de la discusión, escribí en mi diario, “cuando estoy lleno de orgullo, yo exagero las cosas fuera de proporción”.
Todos hacemos esto. Cuando estás lleno de orgullo, exageras las cosas fuera de proporción. De pronto cosas insignificantes verdaderamente te trastornan. Cuando eso pasa, puedes saber que estás lidiando con orgullo. Donde quiera que encuentres conflicto en cualquier parte del mundo, el orgullo siempre está involucrado.
Cuando estás lleno de orgullo, cuando tienes la levadura de los Fariseos, ¿adivina qué? No puedes ver la vida con claridad. Cuando eres orgulloso, no puedes ver lo que Dios está haciendo en tu vida.
Dios quiere advertirte sobre “la levadura de los Fariseos” para que puedas seguirlo más de cerca y puedas comprender el milagro que está obrando en tu vida. Y Él está trabajando en tu vida ahora mismo, aún cuando todavía no lo puedas ver.
Reflexiona sobre esto:
¿Es posible que el orgullo afecte tus relaciones con otras personas? ¿En qué manera?