Hoy en nuestro devocional, Pablo nos deja en claro varios puntos, que será bueno mantener en mente: -Somos hijas de Dios por la fe en Jesús: Cuando aceptamos a Jesús como Señor y Salvador de nuestras vidas, pasamos a ser linaje escogido, “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12); somos sus hijas porque le recibimos como nuestro Señor y CREEMOS en él (es por fe, no por vista)
Las bautizadas en Cristo, estamos revestidas… ¿Qué nos dice esta porción? Recordemos que el bautismo de agua representa que morimos al pecado y, resucitamos a una nueva vida; es un símbolo visible que nos identifica con la muerte y resurrección de Jesús. También es un acto público de fe, que nos identifica ante el cuerpo de Cristo, en un paso de obediencia a Dios. Somos revestidas porque tenemos una nueva vida, donde las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas, una nueva conducta y una vida espiritual diferente, somos nuevas criaturas y evidenciamos ese hecho a través del bautismo.
Somos una en Cristo: Al ser revestidas y renovadas, somos también transformadas en nuestro pensar y sentir. Pablo, también en Colosenses 3:10-14, menciona que revistamos al nuevo hombre, y que en Cristo ya no hay distinciones de raza, sexo, color, ni posición social, Cristo es el Todo y en todos. Unidas en un mismo sentir. Eso nos incluye a ti y a mí, que traspasando fronteras físicas, a través de uso de tecnologías y redes sociales, hemos orado unas por otras, nos hemos gozado y edificado mediante el compartir diario, e incluso hemos sentido dolor y angustia en momentos de prueba. Esto nos hace ser: Una en Cristo!
Somos de Cristo y herederas, según una promesa: Qué delicia saber que somos del Señor. Si, tú y yo le pertenecemos a Él, a nadie más, no hay palabras que puedan describir este privilegio de pertenencia, que no se te olvide: ERES DE DIOS. Y no solo eso: Heredera de promesa. “En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra” (Génesis 22:18) JESÚS es la promesa hecha carne, en Él somos bendecidas nosotras, de entre todas las naciones.