¿Alguna vez has tenido problemas para decir que sí a algo que sentías que Dios te estaba pidiendo que hicieras? Pienso que todos tenemos. Nunca olvidaré la primera vez que el padre de Joel me miró durante un tiempo de adoración en nuestro servicio de la iglesia y me preguntó: "¿Quieres hacer el tiempo de oración?" No estaba preguntando sobre la próxima semana, sino al final de la canción que estábamos cantando. Estaba aturdido. Apenas tuve el coraje de subirme a la plataforma como Compañero de Oración. Dije: "No lo creo". Él sonrió amablemente y no me dijo nada al respecto más tarde.
Pero luché con por qué dije que no. No dejaba de pensar: "Él creía en mí, así que ¿por qué no tengo el coraje de creer en mí mismo?" Recuerdo haber pensado: "Hay un sí en mi corazón tratando de salir del miedo y la inseguridad". Mi sí estaba enterrado allí. Luché con esto durante días y finalmente llegué a la conclusión de que si alguna vez me volvía a preguntar, diría que sí. Ese día sí llegó, y yo creo que porque me aferré a mi sí, Dios me dio la gracia de levantarme y hacerlo.
El apóstol Pablo dice: "Porque no importa cuántas promesas haya hecho Dios, ellas son 'Sí' en Cristo. Y así por medio de él el 'Amén' es dicho por nosotros para la gloria de Dios" (2 Corintios 1:20). Dios tiene promesas y propósitos que ha establecido para nosotros, y son sí en Él.
¿A qué necesitas decir que sí hoy? ¿Es, "Sí, Dios, voy a perdonar a las personas que me lastimaron"? ¿Es, "Sí, voy a creer que puedes sacar algo bueno de este momento difícil"? ¿Tal vez es, "Sí, Dios, voy a alcanzar a esas personas a las que me pides que alcance aunque siento que no tengo tiempo"? Tal vez sea simplemente entregar algunas cosas, dejar ir algunas cosas.
Si le has dicho que no a Dios en el pasado pero desearías haber dicho que sí, prepárate. Así como mi suegro me lo volvió a pedir, Dios te lo va a volver a pedir. Él no va a usar tu no en tu contra. Te animo a que dejes de luchar con ese no y solo digas sí a Dios. Aférrate fuerte a las promesas, sabiendo que Dios lo hará realidad. Dios te ha dado algunas tareas que solo tú puedes hacer. Manténganse firmes en su sí, y ella cumplirá todo lo que Dios ha querido que realice.