“El que confía en sus riquezas se marchitará como las hojas, pero el justo florecerá como las ramas”. Proverbios 11:28 (NBV)
Dios usa el dinero para probarte. Él no sólo da sus bendiciones en forma automática a cualquiera. Primero te mira para ver si eres responsable. Antes de que Dios te dé poder espiritual, Él te da posesiones materiales. Si no estás administrando bien tu dinero, entonces ¿por qué te daría cosas más importantes?
La herramienta favorita de Dios para ponerte a prueba son tus finanzas, y Él está buscando tres cosas específicas.
El dinero muestra lo que más amas. Le vas a dar tu mayor parte del tiempo y dinero a lo que más te gusta —y tu agenda y cuenta bancaria lo probarán. Jesús dice, “No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen… Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen… Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” Mateo 6:19-21 (NVI). Donde quieras que esté tu corazón, allí pones tu dinero y te interesarás en ello.
El dinero muestra en lo que más confías. Muestra en lo que tienes fe. ¿Estás confiando en el dinero o en Dios, para tu seguridad? ¿Estás confiando en el dinero o en Dios para tu felicidad? Proverbios 11:28 dice: “El que confía en sus riquezas se marchitará como las hojas, pero el justo florecerá como las ramas” (NBV).
El dinero muestra si Dios puede confiar en ti. Las finanzas no administradas son un síntoma de una vida no administrada. Dios está mirando para ver qué tan bien manejas las cosas materiales antes de que te dé una bendición espiritual. La Biblia dice: “Por eso, si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas? Y, si con lo ajeno no han sido honrados, ¿quién les dará a ustedes lo que les pertenece?” Lucas 16:11-12 (NVI).
Allí hay una conexión directa entre la madurez y el dinero. Hay una conexión directa entre el poder espiritual y la forma en que administras las posesiones. Hay una conexión directa entre la bendición de Dios en tu vida y lo que haces con tu dinero. No pierdas la conexión. Cómo administras el dinero, determina cuánto Dios puede bendecir tu vida.
Reflexiona sobre esto
¿Qué revela tu estado de cuenta bancario, sobre lo que más amas?