No debe haber divisiones entre nosotros - Mateo 12:48-50
Estudio Biblico
El tribalismo, un sentimiento de lealtad y pertenencia a un grupo, puede ser saludable cuando nos ayuda a entender cuál es el mejor lugar para nosotros y cómo relacionarnos. Sin embargo, cuando se lleva a los extremos conduce a la polarización y la hostilidad. Esto es muy común cuando nos encontramos con alguien que no ve, piensa o adora a Dios de la manera que lo hacemos nosotros.
Pero Cristo nos pide algo mejor. Cuando alguien le dijo al Señor Jesús que su familia estaba esperando afuera, respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?... Todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y hermana, y madre” (Mt 12.48-50). Con el Señor no hay grupos especiales. En Él, somos una sola familia, completa e indestructible, y las pequeñas diferencias no deben separarnos (Véase 1 Co 1.10).
PIENSE EN ESTO
Piense en la familia de su iglesia. ¿Todos se ven y piensan como usted? ¿Cómo podría formar vínculos con otros creyentes que, aunque diferentes en muchos aspectos, son sus hermanos en Cristo?
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