Nos demos cuenta o no, todos somos vulnerables a dejar que otras personas nos etiqueten y definan. Permitimos que las cosas falsas que la gente dice sobre nosotros o la forma en que nos tratan determine nuestro valor y valor. Incluso cuando sabemos que no es cierto acerca de nosotros, nos alejamos sintiéndonos avergonzados, inferiores, intimidados o enojados. Entonces, ¿cómo podemos evitar que lo que sabemos que es nuestra verdadera identidad sea robado o distorsionado?
Así como nos miramos en el espejo para ver nuestra verdadera imagen física, Dios quiere que podamos conocer nuestra verdadera imagen espiritual mirándonos en el espejo de Su Palabra. En Génesis 1, lo primero que Dios dice acerca de ti y de mí es que nos creó a Su imagen. Tener Su imagen y semejanza dentro de nosotros debía ser nuestra fuente de fortaleza y confianza. Pero esa imagen se distorsionó cuando Adán y Eva pecaron en el Huerto y fueron separados de Dios. Incluso entonces Dios dijo: "Voy a renacer esta imagen en ti". Así que la imagen de Dios renació en ti cuando pusiste tu fe en Jesús y Él vino a vivir en ti.
¿Sabes quién eres? Si Jesús vive en el interior, puedes vivir en un lugar de fuerza para decir no a las etiquetas que otras personas intentan ponerte. Pero necesitas saber quién eres en Él, por lo que tienes la autoridad para decir que no. La buena noticia es que Dios sabe quién eres. La Biblia dice: "Dios nos ha identificado como suyos al poner el Espíritu Santo en nuestro corazón" (2 Corintios 1:22). Él ya te ha identificado como portador de Su imagen y semejanza, como hijo Suyo, como habitado por Jesús a través del Espíritu Santo.
No puedo pensar en un llamamiento más elevado en esta tierra que el de llevar la imagen del Dios Todopoderoso. No dejes que nadie te etiquete como menos que. Tu valor no cambia porque cambien tus circunstancias o porque alguien diga algo sobre ti. Dios, y solo Dios, te define. Permite que Su Palabra te instruya sobre todo lo que has recibido en Jesús, ponte en la presencia de Dios en adoración y deja que Él ajuste y reafirme Su imagen en ti. Quiere que esa imagen quede profundamente impresa en su propio ser. Cuando te pongas la identidad de Cristo, Él te dará Su victoria y llegarás a donde debes estar.