Estudio Biblico
Apocalipsis 19.11-20.6
El regreso de Jesucristo es una parte vital del plan redentor de Dios para la humanidad. Por eso tal acontecimiento fue anunciado por los profetas, proclamado por los ángeles y enseñado por el Señor Jesucristo y los apóstoles. De hecho, más pasajes del Antiguo Testamento están dedicados a la segunda venida de Cristo que a su primera. Y en el Nuevo Testamento, el Señor menciona su regreso con más frecuencia de lo que habla de su muerte.
La segunda venida derrota el reino terrenal de Satanás y establece el reino de paz y justicia de Cristo en su lugar. Los santos de todas las edades serán reunidos para reinar con el Señor. Y el Padre celestial quiere que estemos emocionados y esperanzados con respecto al regreso del Señor Jesucristo, al reconocer este hecho como la culminación de su plan para el mundo. Para mantener viva nuestra esperanza, la Biblia nos dice qué esperar, aunque no sepamos el momento exacto.
¿Anhela usted el regreso de Cristo, o rara vez piensa en eso? El apóstol Juan nos advierte que no amemos el mundo ni las cosas que están en él, porque son pasajeras (1 Jn 2.15-17). En cambio, debemos anhelar el regreso de nuestro Salvador y regocijarnos por su reino venidero.
19:12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.
19:13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.
19:14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
19:15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
19:16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
19:17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,
19:18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.
19:19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.
19:20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.
19:21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.
20:1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.
20:2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;
20:3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.
20:4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.
20:5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.