En el Antiguo Testamento, cuando un padre anciano estaba a punto de fallecer, colocaba su mano sobre la cabeza de sus hijos y les hablaba palabras llenas de amor y fe. Estas palabras ayudarían a marcar el rumbo de sus vidas. Fue llamado "la bendición". Era tan valioso que cuando Jacob engañó a su padre, Isaac, para que le diera la bendición que le pertenecía a su hermano mayor, Esaú, fue devastador para Esaú (Génesis 27). Sabía que viviría en desventaja y sería limitado. La bendición significó que la vida de Jacob estaría llena de favor, abundancia, influencia y fuerza para vencer todo lo que se le presentara. Hijos e hijas sabían que sin él podría significar una vida de lucha y penuria. Anhelaban el día en que sintieran la mano de su padre en la cabeza. Fue un momento de destino. Algunos de nosotros hemos recibido esta bendición de padres que nos hablaron con fe. Para otros, su padre no estaba cerca, o tal vez pronunció palabras desalentadoras, diciéndote en lo que no podrías llegar a ser. Quizás no recibió esta bendición y cree que está en desventaja.
En las Escrituras, el padre de David lo miró con desprecio y lo dejó en los campos de los pastores. David podría haber pensado: "No puedo hacer nada grandioso. No recibí la bendición". Pero David dijo en el Salmo 139: "Dios, pon tu mano de bendición sobre mi cabeza". Por más poderosa que sea la bendición de tu padre biológico, imagina a tu Padre Celestial colocando Su mano de bendición sobre ti. En las Escrituras, Jesús impuso las manos sobre las personas y sanó a los enfermos. Pablo impuso las manos sobre Timoteo para encender sus dones. La imposición de manos fue un momento significativo, una transferencia de poder y curación. Cuando el Dios Altísimo colocó Su mano de bendición sobre tu cabeza, te marcó por favor, por grandeza, para superar obstáculos. Eres un hombre marcado, una mujer marcada. Lo que hacen otras personas no puede detener la bendición. Ellos no lo dieron para que no puedan soportarlo. No vino de la gente; vino de su Padre Celestial.
Hoy, cierre los ojos y vea la mano de bendición de Dios en su vida. Cuando los sueños parecen imposibles, el obstáculo es demasiado grande, estás cansado y no crees que puedes seguir adelante, imagina al Creador del universo poniendo Sus manos sobre tu cabeza, liberando favor, sanación, fuerza, avances. No estás limitado ni falto. La mano de bendición de Dios te hará derrotar a gigantes y dividir un Mar Rojo cuando estés en un callejón sin salida. Es un seto de protección que lo mantiene a salvo de lo que debería dañarlo. Es un empoderamiento divino. Descubrirás una habilidad que no sabías que tenías. Deje que el Dios Altísimo ponga Su mano de bendición sobre su vida.