Lucas 18:9-14
¿Conoces muchos versículos bíblicos, los obedeces pero no te sientes feliz y realizado al hacerlo?
¿Solucionas los problemas de otras personas con mucha facilidad?
¿Juzgas con severidad?
¿Te sientes mejor que otras personas?
Positivo para fariseo!
El Señor Jesús nos refiere la historia de dos hombres, el primero políticamente correcto, y el segundo con una reputación de dudosa procedencia, el primero con las puertas abiertas y el segundo acostumbrado a la critica y juicio social, el primero se creía merecedor de todas las cosas buenas que la vida presenta, mientras que el segundo sabe que nada merece.
A veces tenemos un poquito de ambos, y esa mezcla es terriblemente perjudicial, ser de cierta manera con algunas personas y de otra diferente con otras, no es mas que un autoengaño por cierto muy agotador, tratar de ir por la vida tratando de complacer a la sociedad pero con un corazón seco , buscando agua en pozos equivocados, los pozos de la aprobación.
Un hijo de Dios debe incluir dentro de su maleta diaria, esfuerzo y valentía, para vivir en santidad, soportar las dificultades de la vida , y gozarse mientras obedece a su Padre Celestial y ve el cumplimento de su propósito, debe rodearse de gente extraordinaria y optimista , conservar una mente humilde porque quien deja de aprender comienza a morir, debe predicar todo el tiempo y usar las palabras solo cuando sea necesario.
Un hijo de Dios se concentra en trabajar permanentemente en el fruto del Espíritu Santo en su vida, esta tan ocupado en eso, que como resultado deja de meterse en la vida de los demás y de paso juzgarlos, le conduce a llevar una vida disciplinada de oración, estudio bíblico, perdonar y pedir perdón y así disfrutar de la gracia que otorga su Salvador.