Estudio Biblico
Lloro con tristeza; aliéntame con tu palabra. Salmos 119:28
LA PALABRA DE DIOS, así, con negrilla y mayúsculas, la mas poderosa, oportuna, relevante, la verdad, además viva, y eficaz, espada de dos filos que escudriña lo mas profundo del ser humano, lampara que guía su manera de vivir, espejo que revela lo que hay en su interior, semilla que siempre produce fruto, más dulce que la miel, y la fuente que sacia al ser humano en todas las áreas de su vida.
Es imposible medir el impacto de la palabra de Dios en toda la historia, es el libro mas vendido, y mas perseguido de todos los tiempos, porque no es un simple libro, es la escritura inspirada por Dios, es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. 2 Timoteo 3:16
El salmista pasa por un momento muy difícil en su vida, recurre a la palabra de Dios en busca de aliento, fortaleza y consejo. Podemos dar gracias a Dios porque cielo y tierra pasara pero su palabra no pasara, su palabra es vigente y pertinente para cada etapa de nuestra vida, y mientras esperamos la segunda venida del Señor en ella tenemos las respuestas, instrucciones para hacer la voluntad de Dios , la esperanza y la fe, que es por el oír, el oír la palabra de Dios. Por ello el apóstol Pedro nos exhorta 2 Pedro 1:19-21 Debido a esa experiencia, ahora confiamos aún más en el mensaje que proclamaron los profetas. Ustedes deben prestar mucha atención a lo que ellos escribieron, porque sus palabras son como una lámpara que brilla en un lugar oscuro hasta que el Día amanezca y Cristo, la Estrella de la Mañana, brille en el corazón de ustedes. Sobre todo, tienen que entender que ninguna profecía de la Escritura jamás surgió de la comprensión personal de los profetas ni por iniciativa humana. Al contrario, fue el Espíritu Santo quien impulsó a los profetas y ellos hablaron de parte de Dios.