Dios mío, cuando te pedí ayuda, tú me respondiste; me diste ánimo y renovaste mis fuerzas. Salmos 138:3
¡Siempre que oramos Dios responde, siempre! Nótese que estoy diciendo que Dios responde no que Dios obedece a nuestros deseos como lampara de Aladino. Y en este versículo el salmista nos recuerda lo valiosa que es la oración por que siempre somos escuchados, lo fiel que es Dios porque siempre nos ayuda, nos da ánimo y renueva nuestras fuerzas, incluso cuando su respuesta es un No, o cuando nos incluye en una sala de espera.
Es por ello que debemos mantener un espíritu agradecido, orar diaria y constantemente, meditar en su palabra y confiar en que Dios quiere lo mejor para sus hijos y nos concede aquellos anhelos que están alineados con su voluntad, pero que también tiene un espacio en su agenda para moldear nuestro carácter y renovar nuestra forma de pensar cuando estamos equivocados o afanados y su respuesta ha sido un No o un por ahora no ( aquí hay una gran diferencia).
He sido testigo de muchas oraciones contestadas, pero si hay algo satisfactorio es enseñar a otros a orar con el concepto claro de que Dios siempre responde, soy profesora infantil, y algo que puedo rescatar de la forma como oran los niños es su fe, sencillez y su manera específica de pedir, le invito orar y agradecer con un corazón sincero, así como el de un niño, de esta manera sus preocupaciones serán tan livianas como un puñado de plumas, pues Dios tiene cuidado de nosotros. Cultivemos el buen hábito de dar gracias a Dios.
Alcanzada por su gracia
Sharon Sáenz