¡Ayudando a otros! - Hebreos 13:16
Estudio Biblico
Una de las figuras que usa el Apóstol Pablo para referirse a la Iglesia de Cristo es el cuerpo humano. ¿Por qué un cuerpo y no una institución? Porque el cuerpo es un organismo vivo que debe estar interconectado para su correcto funcionamiento; es decir, ningún miembro del cuerpo puede trabajar independiente, pues si uno se ve afectado todos se afectarían.
Ningún creyente podría pensar que es totalmente independiente y que no necesita la ayuda de otras personas, pero tampoco nadie debe pensar que ha sido excluido de la tarea de ayudar a otros.
El cuerpo de Cristo funciona solamente cuando los miembros trabajan juntos por el bienestar común. Por lo tanto, el bien común siempre debe primar sobre el bien personal.
Pero una de las cosas que más nos limita a ayudar a otros son las experiencias vividas en el pasado y como éstas personas nos han pagado. Es muy desalentador hacer continuamente el bien y no recibir ninguna palabra de agradecimiento o ver resultados tangibles. ¿Te has sentido alguna vez herido o molesto porque alguien no te ha pagado como tú quisieras?
El mismo Pablo en Gálatas 6: 9-10 nos coloca un gran desafío de seguir haciendo lo bueno y confiar en Dios los resultados. Porque en su tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones. Así que, cuando tengas oportunidad haz el bien a todos, dándole prioridad a tu familia espiritual. Tú no sabes en que momento tú ayuda se trasformará en una bendición para ti.
Para reflexionar: ¿Conoces de alguien que necesita ayuda?, ¿Hay algún hermano/a que necesita corrección o ánimo? Acércate a esa persona y ayúdale, Dios te lo sabrá recompensar.
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