Por: Luis Palau.
Tengo un hijo de once años que es muy rebelde. Mi esposo lo trata duramente pero no da resultado. Él cree que solo con castigo físico se educan los hijos. ¿Qué consejo nos puede dar usted?
RESPUESTA
Estimada señora, la verdadera disciplina comienza en la cuna. Su esposo está equivocado al creer que únicamente con castigo físico se educan los hijos. El castigo físico es necesario, pero es solo uno de los aspectos de la disciplina eficaz. Los sicólogos, siquiatras y sociólogos varían en sus opiniones sobre la disciplina. Frecuentemente se contradicen en sus debates. ¿A quién entonces recurriremos? Yo creo que debemos recurrir a Dios, nuestro Creador.
Deseo mencionar seis principios bíblicos básicos, porque en la Biblia encontramos indicaciones que Dios nos ha dado acerca de disciplinar y criar a nuestros hijos.
Primero, hay que disciplinarlos con amor y por amor; con el amor del Espíritu Santo de Dios que debe llenar nuestro corazón, y por amor al niño y a todo su futuro como persona y como parte de la sociedad. «El Señor al que ama, disciplina», dice Hebreos 12:6. Los hijos de Dios debemos imitarlo y disciplinar igualmente a nuestros hijos.
Segundo, la disciplina demanda tiempo, atención personal y dedicación. La mayoría de los hijos no resultan buenos por coincidencia. La Biblia dice en Proverbios 22:6:«Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él» (RV60).
Enseñamos por medio de nuestras conversaciones. El niño oye todo; nada se le escapa y todo lo recuerda e imita. Enseñamos también por nuestra conducta. Los hechos hablan más elocuentemente que nuestras palabras y demandas.
Tercero, cada uno de nuestros hijos tiene derecho a recibir atención individual. No hay dos hijos idénticos. Yo tengo cuatro hijos y cada uno de ellos es distinto tanto física como emocionalmente. Sus personalidades son completamente diferentes. Sus problemas, debilidades, aflicciones, son personales en cada caso. Ustedes solo tienen que entenderse con un hijo.
Cuarto, la Biblia también enseña que el castigo físico es necesario. El libro de Proverbios dice:
«No dejes de disciplinar a tus hijos; la vara de castigo no los matará. La disciplina física bien puede salvarlos de la muerte» (Proverbios 23:13-14 NTV).
Por otra parte, Colosenses 3:21 recomienda: «Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desanimen» (NTV).
Y en Efesios 6:4:«Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor» (NTV).
Quinto, celebren una pequeña reunión entre usted, su esposo y su hijo. Resuelvan cambiar el ritmo de vida. Traten de entenderse en forma sincera. Lean la Biblia juntos y oren diariamente. Dios quiere que su hijo sea un hombre de bien. Él lo creó diferente al resto de los seres humanos para una misión muy importante que solo Dios conoce.
Sexto, la Biblia dice en Proverbios 24:3: «Una casa se edifica con sabiduría y se fortalece por medio del buen juicio» (NTV) .
Para obtener sabiduría entonces estudien y practiquen estas palabras de Santiago capítulo 1:6:
«Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla» (NTV).
Que vuestro hogar sea edificado con la sabiduría de Dios.