Por: Luis Palau
¿Tiene autoridad la Biblia?
Esta es una de las preguntas más antiguas y debatidas entre los seres humanos. También es una de las más importantes para que consideremos en nuestro día. La gente a menudo demuestra su condición espiritual por la actitud que tiene hacia la Biblia.
Hace tiempo tuve la oportunidad de reunirme con varios pastores cerca de una ciudad en que estábamos celebrando un festival. Decir que nuestra conversación me produjo una especie de shock, podría parecer una exageración; sin embargo, me sorprendí sobremanera por las serias diferencias de opinión que teníamos en algunas cuestiones fundamentales. Al menos la mitad de esos pastores no aceptaba la autoridad de la Biblia como Palabra de Dios.
Varios señalaron que creían que en la Escritura había pasajes erróneos. Fue aún más sorprendente cuando admitieron que si ciertas porciones de la Biblia los incomodaban, llegaban a la conclusión de que tales porciones debían dejarse de lado por carecer de fundamento científico.
¿Nos extraña entonces que haya lugares en que la Iglesia cristiana está tambaleante? ¿Quién puede estar interesado en escuchar a pastores y predicadores que rechazan la Biblia como Palabra de Dios? ¿Con qué autoridad pueden predicar? Por otra parte, ¿Cómo es posible saber cuáles pasajes bíblicos son inspirados por Dios y cuáles no?
Cuando oigo que personas que profesan ser cristianas cuestionan si la Biblia es Palabra de Dios, no puedo menos que preguntarme si los cristianos de hoy no adoran a un Dios demasiado pequeño. Después de todo, si Dios es Dios, ¿no pudo acaso escribir un libro sin errores? Claro que pudo y lo hizo.
Pablo pudo decir a Timoteo con toda confianza: «Pero tú debes permanecer fiel a las cosas que se te han enseñado. Sabes que son verdad, porque sabes que puedes confiar en quienes te las enseñaron. Desde la niñez, se te han enseñado las sagradas Escrituras, las cuales te han dado la sabiduría para recibir la salvación que viene por confiar en Cristo Jesús» (2 Timoteo 3:14-15 NTV). ¿Por qué razón Pablo podía decir eso? Porque toda la Escritura es inspirada por Dios; tiene autoridad porque es Palabra de Dios, no de hombres.
Pedro pudo escribir: «Pues no estábamos inventando cuentos ingeniosos cuando les hablamos de la poderosa venida de nuestro Señor Jesucristo. Nosotros vimos su majestuoso esplendor con nuestros propios ojos» (2 Pedro 1:16 NTV).
La Biblia transparenta autenticidad. Ningún otro libro tiene el sello de aprobación divino.
Recuerdo haber leído la explicación de un expositor bíblico, quien escribió lo siguiente acerca de la singularidad de la Biblia: «De todos los oráculos humanos, sin importar cuán confiables sean, vamos a la inspirada Palabra donde, en vez de declaraciones ambiguas e indignas de ser creídas, encontramos enseñanza distintiva y definida, enseñanza impregnada de autoridad e infalibilidad». En verdad podemos confiar en la Palabra de Dios.
Si Dios no fuera capaz de escribir un libro perfecto, ¿por qué confiar en un Dios así para nuestra salvación? No trato de decir que la fe en la inerrancia bíblica es necesaria para la salvación. Pero sí trato de decir que debemos aceptar la Biblia como Escritura divina a fin de experimentar autoridad, poder y comunión con Dios en nuestra vida cristiana.
La fe en la completa autoridad de la Escritura es vital para el entendimiento de la vida cristiana auténtica y victoriosa. Es solo a través de una fe tal que comenzamos a conformarnos a la imagen de Cristo.
¿Crees de todo corazón no solo en Jesucristo como Salvador sino también en la Biblia como la Palabra de Dios, Palabra que tiene un mensaje pleno de autoridad?