Las mujeres que se sienten aisladas y solas a menudo buscan a sus maridos para satisfacer lo que se ha llamado "el hambre del alma". Es un papel que los hombres nunca han manejado muy bien. Dudo que los agricultores vinieran de los campos hace cien años para tener conversaciones de corazón a corazón con sus esposas.
Lo que ha cambiado en ese momento es la relación entre mujeres. Hace un siglo, existía un gran apoyo y camaradería entre esposas y madres. Cocinaban juntos, iban juntos a la iglesia y envejecían juntos. Y cuando nacía un bebé, las tías, abuelas y vecinas estaban allí para mostrarle a la nueva madre cómo cambiar pañales, alimentar y disciplinar.
Hoy, sin embargo, la familia extensa casi ha desaparecido, privando a las mujeres de esa fuente tradicional de apoyo. Además, las familias estadounidenses se mudan cada tres o cuatro años, lo que impide que se desarrollen amistades a largo plazo. También es importante que las mujeres comprendan que algunos de sus necesidades simplemente no pueden ser satisfechas por los hombres.
En el libro clásico Anne of Green Gables de Lucy M. Montgomery, hay un momento maravilloso en el que la adolescente Anne dice: "Una amiga íntima, una amiga íntima, ya sabes, un espíritu muy afín al que puedo confiar en lo más íntimo de mi alma. He soñado con conocerla toda mi vida ". Expresa un anhelo que es común a las mujeres, pero no tan típico a los hombres. Es la necesidad de una amistad íntima.
Para combatir esta sensación de aislamiento, es extremadamente importante que las mujeres mantengan una red de amigos a través de clases de ejercicios, pasatiempos en grupo, actividades de la iglesia o clubes de bicicletas. El intercambio entre ellos puede parecer una conversación informal, pero el vínculo que se produce allí hace que la vida sea mucho más satisfactoria.