Colosenses 4 2 Dediquen siempre tiempo a la oración, y den gracias a Dios.
Quisiera empezar con esta frase : “Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no entregarlo”. A menudo las mujeres tenemos largas conversaciones mentales, así como lo lees, no eres la única que lo hace, no nos basta con todas las palabras que salen de nuestra boca, cuando estamos en silencio, seguimos hablando internamente, esto es algo que les cuesta mucho entender a los hombres que nos rodean ( padre, esposo, amigos) sin embargo, no todas las palabras que salen de nuestra boca son para edificar y hoy particularmente quiero hablar sobre la gratitud.
Son muchas las oportunidades en las que hemos recibido la ayuda de Dios y de otras personas, y hemos sentido profunda gratitud por ello, esa ayuda ha generado algunos momentos significativos en nuestra vida, la persona que Dios usó para ayudarnos no alcanza a calcular el impacto que pudo generar, porque desafortunadamente les damos las gracias en la mente, eso y nada es lo mismo, porque mi mente es un campo privado y desconocido para los demás.
A veces nos excusamos en que las palabras son insuficientes para agradecer, o que deben ir acompañadas de un detalle físico o que perdemos status y tiempo expresándole gratitud a personas que sencillamente hacen su trabajo bien, y solo debemos expresar gratitud hacia nuestros superiores por ejemplo nuestros jefes, y es un error gigante, recordemos que Dios esta en contra del favoritismo y el orgullo.
La palabra de Dios dice: Dediquen siempre tiempo a la oración, y den gracias a Dios. Eso implica que debemos “hacer tiempo en nuestra agenda para orar y para la gratitud” . Dios primeramente, la maestra de tus hijos, la niñera, la enfermera, el portero, el jardinero, el pediatra, un amiga, un chofer, una vecina, el entrenador del club deportivo de tus hijos, la persona que cuida a tus familiares ancianos, tus compañeros de trabajo o estudio, el farmaceuta, el plomero, el domiciliario, etc, y sobretodo tu esposo, hijos y familiares, son vasos receptores de gratitud, las palabras son gratis, los abrazos tambien, úsalos apropiadamente para bendecir a otros, estamos llenos de personas que se encargan de hacer miserable la vida de otros, sé la diferencia!
Alcanzada por su gracia
Sharon Sáenz.