Estudio Biblico
“¡Solo no puedo soportar a todo este pueblo! ¡La carga es demasiado pesada!” NÚMEROS 11:14
Moisés tenía un terrible sentimiento de soledad motivado por la desesperación. Sentía que estaba llevando la carga de todo el mundo sobre sus hombros. Su ministerio había llegado a ser un castigo en lugar de un privilegio. “¿Por qué me tratas a mí, tu servidor, con tanta dureza? ¡Ten misericordiae mí! ¿Qué hice para merecer la carga de todo este pueblo?” le preguntó al Señor (Números 11:11).
Moisés estaba enojado. “¡No es justo!” dijo furioso. “¿Por qué debo llevar esta carga? ¡No la necesito!” Moisés se sentía aislado de Dios y también del pueblo. “¡Son tan irrazonables! ¡Esperan que encuentre una carnicería en medio del desierto!” Moisés casi se volvió irrazonable con el peso de todo eso. “Si esta es la manera como piensas tratarme, sería mejor que me mataras. ¡Hazme ese favor y ahórrame esta miseria!” clamó (Números 11:15).
Dios respondió a la queja de Moisés. No lo trató como si fuera un bebé, no se defendió a sí mismo, ni tampoco le quitó sus responsabilidades. Simplemente le dio a Moisés la solución a su problema. Le aconsejó que delegara parte de su responsabilidad, señalándole que había muchos hombres buenos en los cuales podía confiar para compartir esa pesada carga con él. Le dijo a Moisés que eligiera líderes que fueran reconocidos como ancianos y jefes, y que los apartara para ese ministerio (Números 11:16-17). Dios prometió que les daría a ellos el mismo espíritu de poder y que los capacitaría igual que había hecho con Moisés. Delegar tareas es un paso hacia un ministerio efectivo. Un ministerio compartido resulta en bendiciones compartidas.
11:11 Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí?
11:12 ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres?
11:13 ¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este pueblo? Porque lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos.
11:14 No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía.
11:15 Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.
11:16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo.
11:17 Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.
11:18 Pero al pueblo dirás: Santificaos para mañana, y comeréis carne; porque habéis llorado en oídos de Jehová, diciendo: ¡Quién nos diera a comer carne! ¡Ciertamente mejor nos iba en Egipto! Jehová, pues, os dará carne, y comeréis.
11:19 No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días,
11:20 sino hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices, y la aborrezcáis, por cuanto menospreciasteis a Jehová que está en medio de vosotros, y llorasteis delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos acá de Egipto?
11:21 Entonces dijo Moisés: Seiscientos mil de a pie es el pueblo en medio del cual yo estoy; ¡y tú dices: Les daré carne, y comerán un mes entero!
11:22 ¿Se degollarán para ellos ovejas y bueyes que les basten? ¿o se juntarán para ellos todos los peces del mar para que tengan abasto?
11:23 Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Acaso se ha acortado la mano de Jehová? Ahora verás si se cumple mi palabra, o no.