El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría. . (Proverbios 1:7)
¿Sabías que los padres tienen el mandamiento de enseñarles a sus hijos a temer a Dios, para que puedan vivir mejor y más tiempo? (Deut. 6:1-13).
Un temor saludable del Señor es la clave que les permite a nuestros hijos pensar de manera más sabia, hablar en forma más honorable y vivir de un modo que agrade a Dios. Deberíamos hacer eco de la invitación de David, que dijo: «Venid, hijos, escuchadme; os enseñaré el temor del SEÑOR» (Sal. 34:11). El temor del Señor es el máximo respeto por Aquel que es todopoderoso y completamente santo. No es un motivo para huir de Dios, sino una mayor razón para correr a Él y caer de rodillas ante Su presencia.
El Señor es tan puro y poderoso que temerle nos enseña (tanto a padres como a hijos) a tomar sumamente en serio su gobierno y sus mandamientos. El temor del Señor despierta sabiduría y discernimiento en nuestro interior y en nuestros hijos, al darnos cuenta de que vivimos en un universo que está bajo Su absoluto control.
Todo comienza con una conciencia de la presencia de Dios. No podemos huir ni escondernos de Él (Sal. 139:1- 12). Es omnisciente y conoce todos nuestros pensamientos, deseos y motivaciones. Sus ojos ven todo lo que hacemos (Prov. 15:3). En segundo lugar, nos trae conciencia de Su poder ilimitado. Jesús declaró: «No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno» (Mat. 10:28). En tercer lugar, el temor del Señor nos recuerda que debemos tener sumo respeto de la santidad de Dios como un ser apartado, infinitamente superior a todo lo demás.
Cuando un hombre y sus hijos aprender a temer al Señor, comienzan a detestar la maldad, el orgullo y la perversión (Prov. 8:13), y a «evadir los lazos de la muerte» (Prov. 14:27). Este temor puede ayudar a una niñita a dejar de mentir y a un adolescente a apartarse de la inmoralidad, al descubrir que hay un Dios santo que los ve. Una de las mayores advertencias de la Biblia es contra aquellos que menosprecian o ignoran a Dios. Algunos piensan neciamente que se puede desoír a Dios o ser más astuto que Él. La Biblia declara: «. . . Cuán bienaventurado es el hombre que teme al SEÑOR, que mucho se deleita en sus mandamientos. Poderosa en la tierra será su descendencia; la generación de los rectos será bendita» (Sal. 112:1-2).
El temor del Señor es «fuente de vida» que puede espantar todos nuestros otros miedos (Prov. 14:26-27). Así que, el temor de Dios puede ser una de las cosas más importantes por las que puedes orar y apuntar a desarrollar en el corazón de tus hijos. A medida que aprendan a respetar al Señor, aumentará su respeto por la vida y por ti. Servir a un Dios tan grande no es una carga, sino un privilegio sagrado. Cuanto más le teman tus hijos, más podrán conocerlo y amarlo con humildad. Entonces, recibirán luz y alinearán su corazón con la grandeza de Dios. Negar al Señor es solo el comienzo de lágrimas y años de reproches. Pero temerle es el punto de partida para la vida mejor y más abundante de todas.