Es fácil pasar por la vida pensando que tenemos que hacer que todo suceda: hacer que nuestro negocio crezca, hacernos sentir bien, hacer que nuestro hijo lo haga bien. Existe esta presión constante para arreglar algo, para mejorar en algún área, por lo que vivimos esforzándonos, tratando de forzar la apertura de puertas, para hacerlo mejor, para trabajar más duro. Es como si hubiera una guerra en el interior: no hay descanso, no hay paz. No fuiste creado para vivir de esa manera. El Salmo 46:10 dice: "Estad quietos, y sabed que yo soy Dios". Una traducción dice: "Deja de esforzarte y reconoce que soy Dios". Mientras estés en este modo de lucha, tratando de arreglar todo, pensando que todo depende de ti, no sabrás que Él es Dios, y no verás Su favor y Su bondad como tú deberías.
Es muy liberador cuando te das cuenta de que no tienes que hacer que todo suceda. Si mantienes a Dios en primer lugar, Él te traerá lo que necesitas. Todo lo que hace el esfuerzo es agotarlo, hacer que se sienta abrumado, mantenerlo despierto por la noche y causarle problemas digestivos. Quita la presión. No puede hacer que la gente haga lo correcto, agradarle a su compañero de trabajo, hacer que sus finanzas cambien. Tu trabajo es dar lo mejor de ti cada día, honrar a Dios, y Él hará realidad los sueños.
Jesús les dijo a sus discípulos: "Yo soy la vid, ustedes son los pámpanos. Si permanecen en Mí y Yo en ustedes, darán mucho fruto, porque sin Mí nada pueden hacer" (Juan 15: 5). Decía: "Así es como vas a tener éxito, superar los desafíos y cumplir tu destino: 'Permanece en Mí y darás mucho fruto'". La palabra "permanecer" en el idioma original significa "permanecer en mí". depender, confiar, relajarse ". Decía: "Si dependen de Mí, si descansan en Mí, entonces pueden relajarse".
No tienes que esforzarte. No tienes que forzar las cosas, vivir preocupado, presionado, preguntándote cómo va a suceder. Cuando permanezcas, darás muchos frutos. Jesús no dijo que si trabajas más duro, verás el sueño, conseguirás el ascenso o verás que el problema cambia. No, si permaneces en Él, verás aumento y favor. Recuerda que la fe descansa. Cuando no vea cómo puede funcionar algo, no caiga en la trampa del esfuerzo. Deje de intentar hacer lo que solo Dios puede hacer. Empiece a permanecer. Viva desde un lugar de paz. Haz tu mejor esfuerzo, luego descansa. Dios te está diciendo lo que le dijo a la gente hace miles de años: "Deja de luchar, quédate quieto y sabrás que yo soy Dios".