“Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño”. Salmo 32:1-2 (NVI)
Sentirnos culpables o avergonzados puede hacernos perder la felicidad. Tienes que deshacerte de la culpa y mantener la conciencia tranquila si quieres ser feliz, porque no puedes sentirte culpable y ser feliz al mismo tiempo.
Filipenses 2:15 dice: “Así serán hijos de Dios, sin culpa y sin falta viviendo entre una generación perversa y mala. De esa forma brillarán entre ellos como estrellas en un mundo de oscuridad” (NTV). Podrías decir: “Me gustaría ser feliz, pero ¿cómo mantengo la conciencia tranquila cuando no está clara en este momento?”
Haz lo que dice el Salmo 32:1-2: “Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño” (NVI). La felicidad, la alegría y el alivio son tres cosas que todos buscan en la vida. Todos queremos ser felices. Todos queremos disfrutar de la vida. Todos queremos aliviar nuestro dolor. La Biblia dice que todo proviene de la pureza y la pureza proviene del perdón a través de la gracia de Dios.
Entonces, ¿cómo mantienes la conciencia tranquila?
Al principio y al final de cada día, haz un inventario espiritual. Habla con Dios sobre cualquier cosa que se interponga entre tú y Él, y luego lidia con la basura de tu día.
“Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” 1 Juan 1:9 (NVI).