Estudio Biblico
BURBUJAS
Por: Federico Suarez
Durante estos días ha venido a mi mente la palabra burbuja, aquella que comúnmente se usa para decir que una o un grupo de personas viven en una esfera separada de la realidad. La Película Elysium ilustra muy bien esta burbuja; en ella, las clases políticas, económicas y sociales construyen una especie de “burbuja satelital en el espacio, para vivir allá, mientras los demás se quedan viviendo en medio de las necesidades de la tierra.
Esa película de ficción, no está tan lejos de la realidad, muestra de ello, es la búsqueda de la ciencia por hacer de Marte el más próximo hábitat, proyecto en el cual se han gastado el dinero de la tierra: la Nasa, Elon Musk y Jeff Bezos, plata que tiran en los basureros espaciales mientras en la tierra millones se mueren de hambre y por falta de vacunas.
Similar a las burbujas que los dueños de Tesla y Amazon han construido, son las que han perdurado en Colombia y en las que viven por décadas las élites políticas colombianas. Las que han gobernado y gobiernan este país salieron de su casa, se montaron en el carro, se bajaron en el colegio Gimnasio Moderno, para de ahí salir directo a una universidad en el extranjero y después aterrizar en la Casa de Nariño; sin pisar nunca la calle, ni conocer a los que viven allí, ni como pasan hambre. Solo de esta manera, creo, se puede entender el comportamiento de Duque que no escucha a su pueblo, porque no puede y/o porque no quiere, y de su exministro que no sabe cuánto cuesta una decena de huevos.
Este modelo de burbuja política que ha perdurado desde antes de la Republica, estuvo acompañado por una especie de burbuja social. Esa que surgió durante la colonia con los criollos; aquella clase que se creía española, que no se mezclaba con los negros, indígenas ni mulatos, porque se creían gente de bien. Parece ser que los criollos perduran hasta hoy, solo de esta manera podemos explicar la indiferencia a las realidades de hambre que viven los estratos más bajos, hoy en Colombia.
Al ver las realidades de sufrimiento en que ha vivido Colombia en estos siglos y hasta el día de hoy, que se dejan sentir en medio de estos días de paro, veo como cada burbuja flota en este país. El gobierno; viendo e interpretando la realidad desde su discurso aprendido en el exterior, los criollos; preguntándose por el peligro de sus intereses hacia el futuro, y el pueblo; esos mismos negros, indígenas, campesinos y trabajadores del común tratando de decir y de querer ser interpretados en su lenguaje y necesidad, en su dignidad.
Al ver estas realidades y al verme a mí, me pregunto si yo también vivo en una burbuja religiosa, tratando de interpretar el dolor de mi compatriota desde la simple indiferencia detrás de una pantalla y de mis intereses teológicos. Al verme encerrado en esta burbuja, puedo tener esperanza de romperla siguiendo a Jesús, quién decidió romper con la burbuja política, económica y religiosa de su época, pues decidió no quedarse en Jerusalén; el centro del poder, sino que optó por Galilea; la periferia de los excluidos. Allí cumplió en carne propia lo que un día nos mandó: “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mr 12:30-31)
Jesús, contrario a nuestras propuestas, vengan del lado que vengan, nos enseñó en su vida y evangelio, la manera de ser humanos y de construir una nueva sociedad, con equidad a la altura de nuestra dignidad. Es nuestra tarea como sus seguidores, seguir sus pasos. Que podemos seguir con la prudencia necesaria en este tiempo de pandemia pero sin indiferencia.
12:30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
12:31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.