La misión de Cristo - Reflexión - Juan 6:35-40
Estudio Biblico
Si el ministerio del Señor Jesucristo en la Tierra pudiera resumirse en un breve versículo, este podría ser Juan 6.38: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. Incluso a una temprana edad, el Señor estuvo consciente de su misión (Lc 2.49). Y más tarde, cuando comenzó su ministerio público, dependió totalmente de la guía y del poder del Espíritu Santo (Lc 4.1).
El propósito final del Padre para su Hijo era que viviera en total obediencia, y luego se ofreciera como sacrificio para expiar nuestro pecado, de manera que reconciliara a la humanidad caída con Dios. Incluso cuando se sintió abrumado por la angustia, el Señor no se apartó de su llamado, sino que oró: “Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc 22.42). Sufrió la agonía de la cruz mientras soportaba la ira de Dios por el pecado. Luego murió, y después de tres días resucitó, al haber cumplido por completo todo lo que el Padre celestial había dispuesto para Él.
Esta es una buena noticia para nosotros hoy, porque la redención está consumada. Ahora, la voluntad del Padre es “que todo el que ve al Hijo, y cree en Él, tenga vida eterna” (Jn 6.40). Y usted, ¿ya ha puesto su fe en Cristo?
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