Estudio Biblico
La iglesia de Tiatira fue felicitada porque habían crecido en: amor, en fe, en servicio y en paciencia, y esto es algo bueno en lo que debemos crecer como iglesia. Sin embargo, el Señor tuvo una queja contra esa iglesia: La tolerancia a la inmoralidad sexual. En esa iglesia había una mujer que estaba enseñando que la inmoralidad sexual no era un asunto tan grave para los creyentes.
Ahora, no se sabe si esa mujer se llamaba Jezabel, o fue el nombre que usó Juan para ilustrar la forma en cómo opera el espíritu de Jezabel en la iglesia.
¿Quién fue Jezabel? Fue la mujer más malvada que haya existido en toda la historia bíblica. Fue la esposa del Rey Acab (rey de Israel), dicen que donde hay un acab hay una Jezabel. (un rey sin autoridad-que se dejaba seducir y manipular por su esposa).
Ella era sacerdotisa de Baal y Asera. Esta última era la diosa Astoret, así llamada por los Fenicios (reina del cielo)… Baal era el dios sol que necesitaba sacrificios humanos, era la adoración misma a Satanás.
En la iglesia: Se infiltra en la iglesia para controlar al siervo de Dios o para hacerlo caer, También, opera en la iglesia como un espíritu de seducción y de fornicación. Aunque se mueve dentro de la iglesia, odia el espíritu profético y resiste el fuego del Espíritu Santo que representaba a Elias.
2:19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.
2:20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
2:21 Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.
2:22 He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella.
2:23 Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.
2:24 Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga;
2:25 pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.
2:26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,
2:27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;
2:28 y le daré la estrella de la mañana.
2:29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.