Estudio Biblico
La biblia habla sobre la realidad de los demonios. Las manifestaciones demoniacas no se limitan al tiempo de Jesús, ellos procuran habitar en seres humanas y manifestar su naturaleza a través de ellos. Lucas 11: 24.
Los demonios no pueden poseer a los creyentes pero si puede haber influencia, opresión por puertas que se les abren: falta de perdón-ocultismo-pecados. Existe un solo diablo y muchos demonios. Se atribuye su origen a la caída de satanás y los ángeles caídos (demonios). Ezequiel 28 e Isaías 14.
Su propósito es la perdición del ser humano. Por último, el Señor Jesús tiene poder sobre los demonios y ha comisionado a la iglesia para este ministerio de liberación. No hay motivo para tener miedo, esto es falta de fe en Jesús, si te sientes molestado por ellos, ora, si es fuerte comunícate con tus líderes y pastores.
En el pasaje de hoy, vemos a Un hombre en el que Jesús vio un ser humano, vivía en las condiciones más deplorables que un ser humano podría vivir, aislado de la sociedad. Este hombre tenía poderes sobre humanos, no podían sujetarle ni atarlo. Su estado era miserable, y todo esto debido a una posesión demoniaca, algunos atribuyen que la enfermedad que sufría este hombre era: esquizofrenia en su estado más avanzado.
¿Qué le pregunta Jesús en el vs 9? Cómo te llamas… ni siquiera tenía un nombre, le decían legión, ni siquiera él pudo hablar, los demonios hablaron por él.
Lo primero que le dice Jesús a este hombre, Ve a tu casa y a tu familia y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y lo misericordioso que ha sido contigo». Vs 19.
¿Te puedes imaginar que él llegue a su casa, toque la puerta y le abran sus hijos, esposa? ¿Quién eres? Ya no soy legión, soy tu padre, soy tu esposo (borracho-ladrón-adultero-violento). Me encontré con Jesús, y Jesús restauró mi identidad. ¿Qué ha hecho el señor contigo? Eso es lo que tú tienes que hacer: cuéntales a tus familiares lo que el Señor ha hecho contigo.
Al recuperar nuestra identidad, conoceremos nuestro propósito en la vida. Vs 10: “20 Así que el hombre salió a visitar las Diez Ciudades[c] de esa región y comenzó a proclamar las grandes cosas que Jesús había hecho por él; y todos quedaban asombrados de lo que les decía.”
Muchos me pueden preguntar: ¿tú no te cansas de hablar de Jesús? Es que leo esto y veo que ha hecho conmigo, y me conmueve el corazón, no puedo dejar de hablar de él.
5:2 Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo,
5:3 que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas.
5:4 Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar.
5:5 Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.
5:6 Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él.
5:7 Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.
5:8 Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo.
5:9 Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.
5:10 Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región.
5:11 Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo.
5:12 Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos.
5:13 Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron.
5:14 Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido.
5:15 Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo.
5:16 Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos.
5:17 Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos.
5:18 Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él.
5:19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.
5:20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.