Estudio Biblico
Y hay un hombre que nos da un gran ejemplo de la fe que Dios espera que todos nosotros tengamos. Y fue Abraham el padre de la fe. ¿Por qué? Ya se los voy a decir porque.
Las instrucciones de Dios fueron claras: sacrifica a tu UNICO hijo. Este tipo de demandas lleva a cualquier persona a experimentar una crisis personal. Metámonos un poquito en el corazón de este padre, imagínese usted si Dios le pidió eso en la tarde para que lo hiciera al otro día ¿Qué noche habrá pasado? Yo pienso que esa noche lloró, se lamentó “¿Por qué mi hijo?, ¿Por qué no a mí, u otra cosa?”, fue una noche de agonía, de crisis nerviosa, crisis de fe.
Abraham al igual que nosotros luchó con las reacciones naturales que vivimos cuando enfrentamos una crisis personal. Se cuestionó con la pregunta, ¿Cómo Dios me pide el hijo por el que tantos años había esperado y que aun Él había prometido?
En el caso de Abraham, él no permitió que sus emociones fueran el factor que determinara su comportamiento. Él entendió que estaba llamado a la obediencia. Aun cuando no entendamos lo que el Señor está haciendo, ni el porqué de las circunstancias, obedezcamos a Dios.
¿Cuántos verbos encuentra? 5 verbos. Sin importar la magnitud de su crisis, de su angustia, el Padre de la fe comenzó muy temprano los pasos hacia lo que se le había mandado. Y esto nos da la definición de lo que es realmente la fe: la fe es acción a pesar de las circunstancias y de las emociones. La fe debe conducirnos a la acción. La fe es la certeza que no importa cuán contradictorias estén las circunstancias, Dios no se verá limitado en cumplir su palabra.
22:2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
22:3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.
22:4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos.
22:5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.
22:6 Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.
22:7 Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?
22:8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.
22:9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña.
22:10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
22:11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
22:12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.
22:13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
22:14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.