Estudio Biblico
¿Quién no quisiera despertarse una mañana sin sentirse agobiado por el peso de las deudas?
¿Qué es una deuda?
Un error muy común es tomar una deuda presente basándonos en ganancias futuras. Todos sabemos que el mañana no nos pertenece. Por esto es que a veces nos va tan mal. Deberíamos evitar presumir del mañana, y cada vez que hacemos un compromiso económico en el presente, debería estar basado en ganancias pasadas y no en ganancias futuras.
Ej. Usted adquiere un crédito por una máquina de hacer camisetas por un valor de 10 millones y usted cree que la maquina le va a dar lo suficiente para pagar las cuotas del crédito. Bueno yo te pregunto, ¿Cómo sabes que la maquina te va a producir lo suficiente como para pagar las cuotas?, ¿Cómo sabes que no te vas a enfermar?, ¿Cómo sabes que el negocio te va a ir bien?
Muchos de los problemas de sus deudas son el resultado de no ahorrar con regularidad. Cuando tienes dinero poco o mucho lo usas todo mes tras mes. Entonces, cuando te llega el invierno de la vida o el tiempo de las vacas flacas, no tienen colchones de seguridad.
Así que, el pedir prestado es un concepto negativo y es visto como una maldición. En Deuteronomio 15: 6. NTV “el Señor tu Dios te bendecirá tal como lo prometió. Prestarás dinero a muchos pero nunca tendrás necesidad de pedirles prestado…” esto vendría como consecuencia de la obediencia a Dios.
Es decir, el éxito económico es un asunto de obedecer a Dios. Si tus finanzas no andan muy bien, probablemente es porque estés desobedeciendo a los principios establecidos por el Señor en su Palabra.
4:2 Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.
4:3 El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.
4:4 Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.
4:5 Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.
4:6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.
4:7 Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.