Estudio Biblico
Samuel viene con la pregunta: “¿Qué has hecho?” Es una pregunta muy antigua. Dios le hizo a Eva la misma pregunta. Es una pregunta que anima la confesión de pecado y el arrepentimiento. Pero Saúl ni confiesa su error ni se arrepiente. Porque una persona que verdaderamente posee un carácter bien definido no teme en reconocer sus errores.
Al contrario, le echa la culpa al pueblo y a Samuel mismo. Dice el v. 11: Cuando vi que el pueblo se me dispersaba y que tú... El pronombre “tú” está en una posición de énfasis en hebreo. ¡Tú tienes la culpa Samuel! Incluso explica que la situación le obligó a hacerlo. Dice me vi forzado en el v. 12, como si no lo quisiera hacer, pero fue obligado a ello. No quiso reconocer que se había equivocado.
Había actuado locamente o neciamente (v. 13). La palabra en el hebreo quiere decir portarse mal, pero la impresión que nos deja es que lo produce una falta de firmeza, de fuerza y de decisión (carácter de Saul) Y como consecuencia, Samuel le anunció que su reino no sería firme. ¡Su reino se parecería a él mismo! Ningún hijo suyo se sentaría sobre su trono para hacerlo durar.
Cuando usted enfrente una decisión difícil, asegúrese de que la impaciencia no lo impulse a hacer algo que vaya en contra de la voluntad de Dios. Cuando sepa lo que Dios quiere, siga el plan a pesar de las circunstancias. A menudo, Dios utiliza demoras para probar nuestra obediencia y paciencia. Saúl tenía miles de excusas para su desobediencia, pero Samuel dio en el blanco del verdadero asunto: "No guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios" (13.13). Al igual que Saúl, a menudo damos excusas por nuestros pecados y errores, tratando de justificar y espiritualizar nuestras acciones debido a nuestras circunstancias "especiales". Sin embargo, nuestras excusas no son más que desobediencia.
Dios conoce nuestros verdaderos motivos. El perdona, restaura y bendice sólo cuando somos sinceros acerca de nuestros pecados. Al tratar de esconder sus pecados detrás de las excusas, Saúl perdió su reinado (13.14).
13:9 Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto.
13:10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle.
13:11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas,
13:12 me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto.
13:13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.
13:14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.