Estudio Biblico
¿Cuántos en algún momento han perdido el interes por algo? Sea una actividad o trabajo, una relación, un matrimonio, la Iglesia, un proyecto, entre otros. Sienten que ya no hay pasión y alegría por lo que hacemos o con quien estamos. Como seres humanos tendemos a desanimarnos con facilidad. Una de las más grandes luchas que todos tenemos que lidiar a diario es con el desanimo.
Pero que es el Desanimo?
Según un diccionario de emociones “el desanimo es producto de una situación que provoca un sentimiento negativo, falta de energía, de interes, acompañado por un intenso deseo de descansar”.
Es claro, que cuando las cosas marchan bien y como quisiéramos, esto va a repercutir directamente sobre nuestro estado de ánimo. Veremos un ánimo fuerte, alegre. Pero, ¿Qué de los momentos cuando las cosas nos salen al revés?, ¿Qué de un tiempo de quebranto de Salud?, ¿o un tiempo sin oportunidades laborales? Es en estos momentos difíciles de la vida cuando el desanimo que para muchos es un gigante con el cual deben lidiar día a día toca a sus puertas y dice “he venido para vivir contigo”.
El desanimo es como una gripa que fácilmente se propaga. Es tan fácil desanimar a una persona. O sino pregúntele a un pesimista o experto en desánimos y le dirá las hazañas que ha hecho. Unas palabras sin fe y sin esperanza pueden derrumbar los sueños de un gran soñador.
Por lo tanto ¿Qué hacer cuando sientas desanimo hasta el punto de renunciar?
1. Busca la mano de un amigo vs 3. Quien te pueda escuchar y ayudar. No uno que te lleve al licor o a desahogar tus tristezas en cosas que van a profundizar aún más tú dolor. pero ten cuidado de los aprovechados. Aquellos que pueden tomar ventaja de tus dificultades.
2. Comienza a interesarte por las cosas Si sientes o te han llamado la atención porque has perdido el interes por algo. Pídele a Dios que te de fuerzas para que eso que has dejado de lado, nuevamente lo retomes. No sé que sea, tal vez tu relación con el Señor, el servicio a él, tú relación de pareja, el trabajo, la empresa. Retoma.
3. Sé constante en lo que empieza. No deje que las emociones lo gobiernen. ¿Qué pasaría si nuestras emociones nos gobernarán?
4. Descansa. Dale descanso a tú cuerpo, a tú situación y a tú relación. Descansar es reposo y Dios lo pide. Eso te va a permitir darle un nuevo aire a la relación. Descansar no es sinónimo de ocio. es hacer actividades diferentes a las usualmente hechas.
5. Ten mucho cuidado con tus palabras. El buen ánimo del día a día tiene una influencia fuerte sobre lo que hablamos. Jesús dijo que de la abundancia de nuestro corazón habla la boca. Quiere decir que si tú corazón esta desanimado eso que estás hablando vendrá sobre tú vida. Así que hay que ponerle mucho cuidado a nuestro corazón. Recuerda que sobre todo guarda tú corazón.
Finalmente, Ven a Cristo. Él es el que le da sentido y valor a tú vida. Él nos invita a que todo aquel que esta trabajado y cansado venga a Él a descansar.
No sé qué clase de personas estas rodeada: puede ser en casa, en el trabajo, en la universidad, pero ten en cuenta que nada ni nadie podrá derrumbar lo que Dios te ha prometido. Tal vez está soñando con un bonito matrimonio y tus compañeros te dicen “no lo hagas”, “lo pensaste bien”, o tiene un sueño de tener tu propia empresa, y te digan “eso nunca ha resultado”. Observa de quien y de donde proviene esa información. Si no viene del cielo te doy un consejo: reten lo bueno y desecha lo malo.
Te animo a que seas portador de buenas noticias, estamos cansados de tan mala noticias que bombardean nuestra mente todos los días. Haz un compromiso contigo mismo de cambiar tú forma de hablar con respecto a ti mismo y a tú futuro. Recuerda tus palabras tendrán repercusión positiva o negativa para tu futuro. Tú decides.
35:2 Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.
35:3 Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles.
35:4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.