Que maravilloso es hablar de la unción del Espíritu Santo. Nos emociona una y otra vez ver todo lo maravilloso que puede hacer el Espíritu de Dios. El pasaje de hoy nos cuenta el ungimiento del Rey David. Quien en ese momento, no era rey, ni se imaginaba que iba a ser rey, pero afortunadamente Dios mira el corazón.
Dice la Palabra de Dios que desde el momento en que Samuel ungió a David el Espíritu Santo vino sobre David. Cuando el Espíritu viene sobre una persona lo empodera para llevar a cabo una misión en la vida. En el caso de David, ser el futuro Rey de Israel. Sin embargo, algo que hay que tener muy en cuenta es el tiempo para que la unción que está en ti se manifieste.
En el caso de David, él fue ungido alrededor de los 16 años, pero esa unción se comenzó a manifestar cuando tenia 26 años. Fueron aproximadamente 10 años de vivir la escuela del Espíritu Santo. años de formar el carácter,
Existe un tiempo entre recibir la unción y la manifestación de la unción. Este fue un periodo para David sumamente difícil porque tuvo que enfrentar difíciles momentos en su vida. Podemos recordar el odio que despertó en Saul y por celos buscó las mil maneras de poder acabar con la vida del futuro rey. David tuvo que aprender que el secreto para mantener viva la unción es guardar su corazón del rencor y de la falta de perdón. Ademas, Dios le estaba enseñando a ser un guerrero, un adorador, un hombre conforme a su corazón.
Ese tiempo de preparación Dios lo usa para formarnos a la imagen de Su Hijo Y para que lo que él ha depositado en nosotros no se pierda por el orgullo o cualquier otro pecado. La unción está en ti, los dones, los talentos, el llamado, el respaldo sobrenatural de Dios, solo que debes esperar el momento indicado para que esa unción se comience a manifestar en tú vida. Debes recordar que los dones y el llamamiento son irrevocables.